¡Las humildes casitas de los famosos!
MÉXICO, D.F., agosto 6 (EL UNIVERSAL).- Las celebridades son humanos ¿no es verdad? Al igual que nosotros, compran casas, las venden, se mudan más o menos frecuentemente, etcétera. La diferencia (mínima, realmente) está en el tipo y tamaño de las casas que compran, venden y a las que se mudan. Aquí, un ojito, apenas un poquito envidiosito, a las humildes mansioncitas de algunas "celebs".
Y en el tutorial, Gurú consulta con sus amistades expertas esa cuestión que generalmente -con la playa a la vista y el bloqueador en la mano-, tod@s nos preguntamos: ¿qué fue primero? ¿el bloqueador o el humectante?
Recuerda que Gurú puede resolver absolutamente todas tus dudas sobre moda o estilo, escríbele a gurudelestilo1@gmail.com o síguel@ en Twitter como @GurudelEstilo y Facebook como Gurú del Estilo con el logo verde manzana y blanco (obvio, el más chic).
¡Besos de Gurú que se va de vacaciones! XOXO.
Vistas espectaculares, metros y metros de jardines, ambientes personalizados, el mar a los pies y muchas otras maravillas más, son características de las casas de algunos famosos. Aquí, unas cuantas de ellas que pueden provocar que nos vayamos poniendo ligeramente verdes...
BILL GATES Y SU XANADU 2.0
La casa donde viven Bill Gates y su esposa Melinda es un gigantesco espacio construido en forma sustentable y ubicado sobre la ladera de una colina con vista al Lago Washington, en Medina, Washington. La casa de (nada más) 6 mil 100 metros cuadrados de extensión, es famosa por su diseño y por sus detalles tecnológicos, Gates la bautizó como Xanadu 2.0.
El estilo arquitectónico es como el de un "lodge" de montaña (pero ésta es a lo bestia). Uno de sus grandes atractivos es una enorme biblioteca con un techo en forma de domo traslúcido. La calefacción incluye a los pisos y todos los pasillos que llevan a los garages.
Los huéspedes usan pins que al entrar a su habitación hacen que se ajuste automáticamente la temperatura, la música y la iluminación, de acuerdo a las preferencias de cada persona. Si el huésped estaba viendo una película o programa y cambia de habitación, éste o ésta continúa justo donde se quedó, al encender la otra televisión.
La casa te sigue y a medida que avanzas va mostrando en pantallas especiales reproducciones digitales de tus obras de arte favoritas; si alguien te llama, solamente el teléfono más cercano a ti suena, para no perturbar a nadie más. La casa tiene además un enorme salón que puede convertirse con oprimir unos cuantos botones...
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