Huyen de la violencia y llegan a la frontera insegura

TIJUANA, BC., noviembre 3 (EL UNIVERSAL).- Miriam, una mujer que huye de la violencia en Guerrero, lleva en brazos a una de sus hijas. Están a un paso de distancia de Estados Unidos, justo en la muralla de metal que divide México de ese país, en Tijuana. Están a un lado de la tierra de sus sueños, pero no la observan, su mirada está en otra cosa: en una escalera y dos ataúdes colocados en el Día de Muertos para recordar a los casi 8 mil migrantes que perdieron la vida al intentar cruzar la frontera.

Es joven, apenas rebasa los 30 años. Es madre de dos niñas, una de 12 y otra de cuatro. Hace un mes llegaron de Argelia, un pueblo enclavado en Tierra Caliente, que hoy es el campo de batalla entre narcotraficantes. Dice que no quiere ser parte de la trágica estadística de migrantes que mueren intentando llegar al otro lado, pero quedarse, más que una opción es una sentencia de muerte.

Allá, en el lugar donde creció, "La Familia Michoacana" la obligó a darles de comer. Como otras historias de ese sitio, en las que las familias son sometidas al mandato de los capos, Miriam no fue la excepción, dice que una noche un comando entró a su casa, hombres encapuchados le gritaron y le exigieron que les diera de comer, desde ese entonces hasta que huyó fue su tarea: alimentar al crimen organizado.

En julio se armó de valor, les dijo que ya no iba a trabajar para ellos y con el miedo escondido en los cueros de un cuerpo tembloroso se negó a cocinar, "uno me amenazó, me puso una pistola en el pecho y me dijo que le iba a dar de comer por las buenas o por las malas o que si no mi niña pagaría las consecuencias".

Desde ese día esperó paciente a juntar los 100 pesos que ganaba diario hasta que le alcanzara para pagar el camión de ella y sus dos hijas rumbo al norte: Tijuana. Llegó el 12 de octubre al refugio de mujeres migrantes Madre Asuntta, pidió asilo al gobierno estadounidense y espera que en menos de una semana pueda ser recibida para que las autoridades de ese país revisen su caso.

Aquí tampoco hay seguridad. Como Miriam, por lo menos otras 2 mil personas han arribado desde enero a octubre a esta frontera para pedir refugio a Estados Unidos. Cuando ella llegó, alcanzó a ser el número mil 75, hasta este 2 de noviembre la lista se quedó en 961; según las cifras de los mismos migrantes, diario son...

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