Inocente, 12 años preso

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 21 de diciembre)PALO SECO, Chis., diciembre 29 (EL UNIVERSAL).- Tomás Pérez Méndez fue acusado de participar en la masacre de 45 personas en Acteal, el 22 de diciembre de 1997. Pasó 11 años y ocho meses preso, le quitaron sus tierras y no pudo regresar a su comunidad. Hoy el indígena tzotzil tiene 75 años y asegura: "Aunque hemos sufrido por más de 20 años, todo se ha vuelto en bendición. No tengo rencor contra nadie. Aquí vivo tranquilo".

Desde agosto de 2009, cuando salió de prisión, Tomás y su esposa, Manuela Gómez Sántiz, de 62 años, se asentaron en Palo Seco, un antiguo rancho que el gobierno del estado acondicionó para albergar 25 familias de tzotziles de comunidades de Chenalhó que fueron acusadas de participar en la masacre.

La condición para liberar al tzotzil fue que al dejar la cárcel se quedara a vivir definitivamente en Palo Seco, en la región Frailesca de Chiapas, y evitara volver a Los Chorros, su comunidad de origen, ubicada a unos 200 kilómetros.

Aceptó, aunque al salir de reclusión sólo pudo trabajar dos años las tres hectáreas de tierra fértil, en el predio que le otorgó el estado. En 2011 empezó a perder la vista a consecuencia de la diabetes y actualmente se vale de la ayuda de su esposa o su nieto para todo: para caminar a la Iglesia presbiteriana o para recorrer algunas partes de su predio.

Aunque ciego, el indígena recuerda con claridad lo ocurrido el 25 de diciembre de 1997. Ese día ?dice? varios agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) ingresaron con sus fusiles a su casa, en la comunidad de Los Chorros, y le pidieron que los acompañara a "un diálogo a San Cristóbal de las Casas".

El hombre pidió unos minutos para cambiarse de ropa y desayunar, pero los agentes federales le dijeron que estaba bien que fuera así; en San Cristóbal de las Casas le darían de comer un "rico mole" a él y a otros pobladores de la comunidad.

Todo fue una farsa para implicarlo en un delito que no cometió. Además de Tomás, varios pobladores fueron detenidos y llevados a Tuxtla Gutiérrez directo al penal de Cerro Hueco. En lugar de llevarlos a Jovel ?como llaman los tzotziles a San Cristóbal de las Casas?, los dirigieron a la cárcel. Tomás fue acusado de los delitos de homicidio calificado, lesiones y asociación delictuosa.

Tres días después ya eran 42 los detenidos, entre ellos dos menores de edad que fueron trasladados por federales, con el engaño de ir sólo a...

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