Juegan a crecer

MÉXICO, D.F., junio 22 (EL UNIVERSAL).- Desde niño, el arquitecto mexicano de origen japonés Roberto Y. Shimizu Kaneko tuvo la costumbre de guardar todo lo que le hacía feliz. Además de los carritos, locomotoras, barcos, futbolitos, trompos, yoyos, baleros, bicicletas y cientos de objetos antiguos y modernos que actualmente se exhiben en el Museo del Juguete Antiguo Mexicano (MUJAM), este incansable coleccionista y fundador de este museo también guardó los comics, historietas, mangas, cancioneros, cuentos, revistas de box y lucha libre que leyó en su infancia y juventud.

Ese acervo se enriqueció más tarde con la ayuda de su hijo Roberto, por el contacto que mantiene con otros coleccionistas y sus expediciones a tianguis y mercados de pulgas, de donde también rescató cómics, revistas, libros y fotografías con temas sobre la cultura popular mexicana.

En unos meses, este singular acervo gráfico y documental estará disponible para público interesado e investigadores de la cultura popular en una pequeña biblioteca que esta familia de coleccionistas planea abrir como un complemento a la colección de juguetes y objetos antiguos que desde hace cinco años se exhibe al público en el museo, ubicado en la colonia Doctores.

Este Centro de Estudios Populares de México del MUJAM, como lo han bautizado, forma parte de un proyecto de ampliación del museo e incluye la apertura de la biblioteca y su pequeña sala de consulta, dos nuevas salas de exhibición, una galería de arte y una residencia para artistas.

“Decidimos abrir la biblioteca para compartir el acervo de nuestra familia, como lo hemos hecho con los juguetes. También es una colección que hemos acumulado a lo largo de más de 60 años”, dice en entrevista Roberto Shimizu, hijo, director creativo del museo.

La biblioteca, cuyas paredes han sido intervenidas por artistas mexicanos, albergará cerca de 20 mil libros con temáticas sobre la infancia y juventud mexicana, sobre el coleccionismo de juguetes y la cultura popular, además de un incontable número de cómics, mangas, periódicos, revistas, magazines, álbumes, mapas, fotografías y hasta discos de vinil.

Una buena parte del acervo, explica Roberto Y. Shimizu, padre, la conforman libros y materiales que permiten ver la evolución de las formas de aprendizaje y entretenimiento de la niñez mexicana, pues recuerda que, por ejemplo, durante la segunda mitad del siglo pasado, las campañas de alfabetización en México tomaron al cuento y a las historietas como...

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