Se llevan a 'La Bestia mexicana' en subasta

Horacio Jiménez y Manuel Espino

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 24 (EL UNIVERSAL).- Era el coche que todos querían llevarse, pero sólo uno lo pudo comprar. En toda la zona de pistas de la Base Aérea Militar de Santa Lucía, resaltaba a la vista un flamante Audi A8 W12, color negro, con asientos de piel y un blindaje VI, que resiste disparos de armas largas, con placas de la Ciudad de México, 389-ZZP.

Fue bautizado como "La Bestia mexicana" por el parecido con la limusina que usaba el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Este Audi A8 W12 fue utilizado en sus visitas a nuestro país por el rey Felipe VI y doña Letizia; la entonces presidenta de Brasil, Dilma Vana Rousseff y por el mandatario de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, entre otros.

Este vehículo de lujo fue adquirido en la administración de Enrique Peña Nieto, tiene algunos detalles en la carrocería, pero prácticamente está nuevo, solamente tiene 4 mil kilómetros recorridos.

Este sábado, desde muy temprano desde diferentes zonas del área conurbada, llegaron hasta la Base Aérea Militar de Santa Lucía, donde se construirá el Nuevo Aeropuerto capitalino, 329 personas, algunas de ellas con sus familias para adquirir un vehículo en la primera subasta a martillo de los autos llamados "fifís" por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Tan sólo este fin de semana, se pusieron a la venta, a través de esta subasta, 218 vehículos, entre ellos, motocicletas: BMW y Harley Davidson; coches Audi y Jetta; camionetas Tahoe, Suburban, Captiva y Jeeps; camiones, tráileres, remolques y hasta un tractor de diferentes modelos.

Este sábado solamente se alcanzaron a vender 98 de los 111 vehículos ofertados. Las personas despreciaron las camionetas blindadas que ofreció el gobierno federal, a través del Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).

"¿Quién le echa?", "¡cuesta un millón 991 mil 300 pesos este auto blindado!", "¡es La Bestia mexicana!" "¡A la una, ¿quién dijo yo? A las dos y... a las tres". Todos los asistentes se volteaban a ver unos a otros para ver quién era el "guapo" que se aventaba a pagar ese coche, pero nadie levantó su paleta. Se escuchó el mazo y se declaró desierta la puja con el número uno por La Bestia mexicana.

Nadie lo podía creer. Pero todo fue una estrategia. Los coches que no se vendieron en la primera etapa de la subasta, al final, se volvieron a ofrecer y fue un estadounidense, que vino desde...

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