Madres de desaparecidos dan la cara en la calle

Dennis A. García

MÉXICO, D.F., mayo 11 (EL UNIVERSAL).- Ya pasaron días, meses, años y ellas siguen sin saber en dónde están. Aunque se ve el cansancio por el andar de la vida, demuestran lo contrario. Su lucha es incansable y con valentía.

Es un 10 de mayo diferente para millares de madres de familia que hoy alzan la voz, salen a la calles y dan la cara sin importar que algunas han sido amenazadas por quienes desaparecieron a sus hijos. Hoy puede más el dolor y el coraje que el miedo que sienten al salir a la calle.

No hay nada qué festejar; las señoras se concentran en el Monumento a la Madre, convocadas por la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (FUNDEM), para comenzar la marcha y exigir a los gobiernos tanto de los estados como el federal que encuentren a sus seres queridos, que no sean sólo un número de expediente que luego sea archivado.

Poco a poco, el lugar, se llena con señoras madres de licenciados, ministerios públicos, ingenieros, doctores, mecánicos, estudiantes, quienes supuestamente han sido levantados por la delincuencia organizada o por las propias policías en Coahuila, Querétaro, Estado de México, Veracruz, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Durango, Guerrero, Tamaulipas, Sinaloa y Morelos.

A sus más de 60 años de edad, María Herrera Magdaleno parece tan fuerte como un roble. Ya vivió, no tiene nada que perder porque ya le arrebataron a cuatro hijos. Jesús y Raúl, desaparecidos en agosto de 2008 en Atoyac de Álvarez, Guerrero; y Gustavo y Luis en Veracruz en el mes de septiembre de 2010.

Sin rodeos, María pide a los responsables que le digan en dónde están sus hijos, y que paren con sus levantones porque destrozan la vida de miles de familias.

Su voz se entrecorta, pero alcanza a sacar una frase: “Quiero decirles a los delincuentes que habrá un momento en que sus madres van a llorar más de lo que nosotros hemos llorado, y van a sufrir más de lo que nosotros hemos sufrido”.

Durante la marcha se escuchan las consignas.¡Hijo, escucha, tu madre está en la lucha...

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