El Marqués de Sade, el escritor de la perversión sexual

CIUDAD DE MÉXICO, junio 2 (EL UNIVERSAL).- La leyenda negra del Marqués de Sade, un novelista salpicado por los tumultuosos años de la Revolución francesa y por varios escándalos sexuales, envió sus obras al terrero de lo maldito y la Iglesia católica las incluyó en el Índice de libros prohibidos.

Bien es cierto que los supuestos crímenes que cometió nunca alcanzaron ni la sombra de los que narraba en sus textos de ficción.

De acuerdo a ABC, la infancia y juventud de Donatien Alphonse François de Sade fue bastante convencional, sin rastro de la oscura y erótica que marcaría su obra literaria.

Donatien nació en París en 1740 y fue educado en sus primeros años por el importante noble Luis José de Borbón-Condé.

Cuando todavía era un adolescente, el heredero de la casa de Sade ?una de las más antiguas de la zona de Provenza? ingresó en la academia militar. A la edad de los 16 años, Donatien participó en su primera batalla al mando de cuatro compañías de filibusteros durante la toma de Mahón (Menorca) a los ingleses, dentro del contexto de la Guerra de los Siete Años.

Después de regresar a Francia, donde se casó contra su voluntad, algo cotidiano en la época, con la hija mayor de los Montreuil ?familia noble con una excelente posición económica?, Donatien inició su carrera literaria y, con ella, la algarabía de escándalos sexuales.

Instalado en el castillo de su la familia de su mujer en Échaffars, la zona de Normandía, el militar retirado momentáneamente se vio envuelto en un primer y confuso incidente al ser arrestado en 1763 y conducido a la fortaleza de Vincennes por orden del Rey debido, sostienen diversos autores, a un misterioso manuscrito firmado por Sade con alto contenido sexual. Donatien pasó 15 días encerrado hasta que la familia de su esposa se hizo cargo de él.

"Los días, que en un matrimonio por conveniencia sólo traen consigo espinas, hubieran dejado que se abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese recogido esos días que ahora aborrezco", escribe en una carta Sade como fe de que todavía seguía esperando que brotara el amor, insatisfecho con su matrimonio.

Es por ello, quizás, que el noble francés mantuvo varias amantes, la mayoría habituales de la Corte, y se rodeó con asiduidad de los servicios de prostitutas durante su estancia en París.

No en vano, su carrera política fue en ascenso y, a la muerte de su padre en 1767, heredó el título de conde de Sade. El 16 de abril de 1767 alcanzó el grado de capitán comandante en el...

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