“México es el Amazon de la droga mundial”

(19 del Tercer Presupuesto; MATERIAL EXCLUSIVO PARA MEDIOS IMPRESOS. QUEDA PROHIBIDA SU PUBLICACIÓN EN INTERNET)José Luis Pardo

MÉXICO, D.F., diciembre 8 (EL UNIVERSAL).- Cuando llegó por primera vez al aeropuerto JFK de Nueva York, Roberto Saviano, el periodista y escritor italiano amenazado de muerte por la mafia desde que en mayo de 2006 publicó “Gomorra”, acabó en un cuartito rodeado de mulas, personas que intentaban introducir droga en una de las capitales mundiales del consumo. Para las autoridades del aeropuerto su “personalidad bajo protección” lo equiparaba a un mafioso o a un arrepentido de la mafia.

Saviano le explicó a una agente que él era escritor, pero la policía no podía creer que alguien “con esa pinta” pudiera escribir.

—Invéntate otra mejor —le dijo.

Saviano le respondió que googleara su nombre, que así se daría cuenta que su “personalidad bajo protección” era todo lo contrario a ser un mafioso.

Él tenía que huir bajo una identidad falsa porque había destapado los trapos sucios de la Camorra italiana. La policía cedió e hizo la búsqueda. Cuando en la pantalla de la computadora comprobó que, en efecto, Saviano escribía y que además había vendido millones de ejemplares de su libro, le pidió una disculpa y lo liberó.

Desde entonces, el escritor amenazado vive un ida y vuelta constante con base en Nueva York, la ciudad con la mayor representación global de mafias y bandas criminales.

El hombre de 35 años que se ha paseado por medio mundo entre la clandestinidad y la celebridad rodeado de escoltas, ha llegado hace unos minutos al lobby de un hotel de Manhattan, vestido con un abrigo y un gorro, que tapa su precoz alopecia y lo protege del intenso frío de estos primeros días de diciembre.

Ha dicho varias veces que investigar la verdad sobre el crimen organizado no merece la pena si esta es la vida que tiene que llevar. Hace menos de un mes vio en un juzgado cómo la justicia italiana absolvió a los dos jefes de la camorra napolitana acusados de emitir la amenaza de muerte que pesa sobre su cabeza.“Para mí es imposible creer la absolución del jefe cuando el abogado que lo defendía sí fue condenado. Pero la justicia italiana da miedo. Es todavía muy inmadura”, dice Saviano, siempre expresivo y con hablar pausado. Hoy, sin embargo, parece relajado. En un momento de la entrevista, saca de su cartera una identificación con nombre falso —un nombre que parece sacado del quarterback de una película colegial de Hollywood— y ríe a carcaja...

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