Cuando México legalizó las drogas

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 30 de septiembre)Elisa Villa RománCIUDAD DE MÉXICO, octubre 5 (EL UNIVERSAL).- En algún momento de la historia, las drogas que hoy son ilegales fueron despenalizadas en México. De hecho, el gobierno abrió clínicas donde los médicos daban dosis controladas a personas con problemas de adicción.

Era 1940, el último año de la administración de Lázaro Cárdenas y en Europa se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial. Las crónicas y relatos registran cómo la gente de esa época entendía el consumo de drogas. El investigador Eugenio Gómez Maillefert describió cómo un grupo de "jóvenes elegantes" alquiló un cuarto en el tercer piso de un antiguo convento, al que sólo acudían de noche para fumar marihuana.

Cuando llevaban a algún novato, encendían sal con alcohol en una cazuela para producir una luz verdosa y hacerlo alucinar. Ahí leían poesía, y todos aseguraban que estando grifos (bajo la influencia de la marihuana), gozaban más de las letras.

"Se dice que alguien se da las tres cuando fuma marihuana porque casi todos los fumadores dan tres fumadas seguidas a su cigarro", escribió Gómez Maillefert y añadió que por muy numeroso que fuera el grupo de marihuanos, todos fumaban del mismo moriqueto (cigarro), pasándolo de mano en mano para hacerlo rolar (circular).

Era común leer en los diarios noticias sobre personas adictas, que en ese entonces llamaban "degeneradas".

Lo más preocupante para la sociedad y el gobierno de la época fue el rápido crecimiento de grupos de traficantes. "El Venado" y "Lola la Chata" fueron dos de ellos, cuyos nombres aparecen con frecuencia en las noticias de los años 30 y 40.

Los diarios denunciaban que a pesar de haber sido detenidos "infinidad de veces", seguían dedicándose a distribuir y a vender narcóticos sobornando a las autoridades.

Para frenar esta situación, en 1931 se promulgó un Reglamento Federal de Toxicomanías que ordenaba castigar a los consumidores y traficantes de drogas. La medida no funcionó como se esperaba y el número de adictos seguía aumentando.

Fue a finales de los años 30 que un psiquiatra mexicano propuso una idea revolucionaria. Se trataba de Leopoldo Salazar Viniegra y para él, se debía tratar a las personas adictas como enfermas.

Salazar Viniegra nació en Durango en 1897 y se mudó a la capital para estudiar medicina en la que hoy es la Universidad Nacional Autónoma de México.

Después se especializó en psiquiatría en París y cuando volvió a...

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