Mochilazo en el tiempo

EL UNIVERSAL

La delgada línea entre el halago y el acosoEl pasado 20 de octubre la senadora Dolores Padierna presentó una iniciativa para tipificar como delito el acoso callejero. El piropo incluido. De aprobarse, desparecería uno de los sonidos infaltables en la vida citadina. EL UNIVERSAL se adelantó a esta discusión sobre la existencia del piropo, pero desde hace ocho décadas.

El 10 de mayo de 1928 EL UNIVERSAL ILUSTRADO publicó el artículo ?¿Debe desaparecer el piropo en México??, Oscar Leblanc, su autor, iniciaba así: ?El piropo clásico ??grito fresco, jugoso y espontáneo del corazón que pasa por el tamiz del ingenio?? tiende a desparecer en nuestro ambiente ahogado por la influencia yanqui, perseguido por la Ley, proscrito por esa neo-civilización que pretende arrancarnos hasta el sello de nuestra idiosincrasia?.

Guillermo Rosa, dramaturgo; Margarita Carbajal, Esperanza González, Esperanza Morfín y Lupe Vélez, actrices, y Manuel G. Linares, poeta, dieron su opinión sobre el piropo en aquellos años. Todos convergen en el gusto por la galantería pero denostan la vulgaridad impregnada en ciertas expresiones. ?Me encanta que me digan requiebros en la calle; pero desgraciadamente el ingenio está a punto de ser atropellado por un Ford?, dijo la estrella cinematográfica de moda, Lupe Vélez. Esperanza Morfín, tiple del teatro Politeama, fue la que mejor impresión tuvo del tema. ?¿Suprimir el piropo?... ¡Qué tontería! Sería quitarnos la única ocasión de saber si efectivamente somos bonitas, porque el requiebro callejero es el único homenaje espontáneo y desinteresado que recibe casi siempre la mujer?.

Ochenta y ocho años después la discusión no ha terminado. La diferencia radica en el grado de picardía o grosería que con el paso de los años ha ido adquiriendo el grito fresco. Contrastando con los clásicos de moda en los años veinte como: ?¡Monina!... ¿Con que te lavas la cara, que la tienes tan divina??. O bien: ?Pero criatura? ¿Cómo puede usted caminar con unos pies tan pequeños??

Se encuentran los muy actuales: ?¡En ese bote que me condenen a cadena perpetua!? y ?¡Quisiera ser pavimento pa´ tener ese monumento!?

La pregunta no desaparece. ¿Debe desaparecer el piropo en México?

En su libro ?Del piropo al desencanto?, Patricia Gaytán Sánchez podría debatir la postura de la tiple Morfín. ?Desde niñas, las mujeres aprendemos que recibir comentarios lisonjeros es una muestra palpable de la belleza propia reconocida por los demás. Esto se...

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