Mochilazo en el tiempo

El telegrafista que quiso surcar los cielos

EL UNIVERSAL

Para el hombre volar no ha sido fácil. En la mitología griega Ícaro quería alcanzar el sol pero falló varias veces. En la vida real, el humano se ha valido de su inteligencia para crear aparatos que permitan surcar los cielos.

Dirigibles, zepelines, aeroplanos, avionetas han sido algunos de los inventos para poder ascender. Todos estos comenzaron a idearse y desarrollarse a inicios de 1800.

Hoy podemos ver panorámicas de las ciudades gracias a las cámaras en los drones o por ascensiones en helicópteros. En el siglo XIX eso no era posible y se necesitaba caminar por las calles o elevarse en globo aerostático para crear mapas de las ciudades y su expansión.

La creación de estos globos se le atribuye a Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier, dos hermanos franceses que a finales del siglo XVIII concibieron el diseño del primer modelo.

El primer viaje se realizó el 4 de junio de 1783. Estaba hecho de linio y papel, voló durante diez minutos y recorrió dos kilómetros. Este invento fue concebido como un medio de ocio que después tendría fines más prácticos como la toma de litografías y fotografías aéreas para la creación de mapas.

El desarrollo de los vuelos en globo en México se dio durante los años posteriores a la independencia del país, hacia 1830. Estas hazañas las realizaron ?hombres atrevidos y heroicos?, que según Gustavo Casasola, efectuaban los vuelos, principalmente en los estados del bajío y después en la Ciudad de México.

? Los primeros vuelos en México

Las primeras ascensiones en globo demostraban la valentía de los hombres para surcar el cielo y poco a poco se convirtió en un espacio de recreación para la población.

La primera ascensión se llevó a cabo en 1835 por el belga Guillermo Eugenio Robertson. Ocho años después el mexicano Benito León Acosta y Rubí de Celis, guanajuatense, se elevó en su globo de propia construcción. Con este hecho se convirtió en el primer aeronauta mexicano.

En una serie de crónicas Manuel Gutiérrez Nájera, que escribió entre 1893 y 1895, relató algunos vuelos; por ejemplo, El globo cautivo, llamado así por estar atado al suelo por una serie de cables y no quedar libre. Éste fue bautizado como ?La Ciudad de México? y fue instalado frente a la Alameda Central, en la Avenida Juárez.

El paseo del globo consistía en elevarlo a unos 300 metros de altura, admirar el paisaje de la ciudad y descender. La gente bajaba emocionada. Tal fue su éxito que el 23 de mayo de 1910 el vicepresidente de la república, Ramón Corral, junto a su familia y otros funcionarios...

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