Mochilazo en el tiempo

El árbol pagano que conquistó la Navidad

EL UNIVERSAL

La mayoría de los hogares en México se pintan de verde en diciembre. Adornos plásticos, esferas de cristal y luces de colores complementan a un elemento clave para la celebración de las fiestas religiosas en honor del nacimiento de Jesús: el árbol navideño, natural o artificial, del gusto y tamaño, según el alcance de cada familia.

¿Dónde pondrían los reyes magos (o Santa Claus) los juguetes para los niños si no bajo el árbol navideño? Este símbolo navideño es uno de los más populares de la temporada y uno sin los cuales los festejos no serían iguales.

El pino purifica los hogares y los llena de vida; Juana de Ibarbourou, poeta uruguaya escribió:

Yo digo ¡pinos! y siento

Que se me aclara el alma.

Yo digo ¡pinos! y en mis oídos

Rumorea la selva.

Yo digo ¡pinos! y por mis labios pasa

La frescura de las fuentes salvajes.

Sin duda cuando el aroma de los pinos inunda el ambiente decembrino inmediatamente se relaciona a la Navidad. En la cena la mezcla de este olor junto al del ponche caliente y los guisados, acompañados por la charla de la familia es sinónimo de júbilo.

El árbol y cada uno de sus adornos tienen un peculiar significado pero la creatividad y el diseño de este va más allá: depende del gusto de cada persona. Así, cada pino es único y especial.

- Concurso de árboles navideños de EL UNIVERSAL

En 1917 EL UNIVERSAL llevó a cabo un concurso en el que invitaba a niños a montar su árbol de navidad. El diario en su papel de ?despertar en la niñez sentimientos de emulación saludable, (decidió) convocar a concurso para premiar a los niños a quienes pertenecieran los árboles más artísticamente adornados?.

Durante su año de existencia el periódico ya había convocado a otros concursos, pero este era el primero de su tipo. El dos de diciembre de 1917 se convocó al público a participar.

Los jefes de hogar tenían que registrar en las oficinas de EL UNIVERSAL el domicilio y el nombre del niño o niña que fuera a concursar; sólo podía participar un infante por casa. La convocatoria quedó abierta hasta el 22 de diciembre de ese año.

Los jueces calificaron a ?cada una de las casas inscritas para juzgar el buen gusto y arte del árbol que se haya hecho? para poder asignar los niños ganadores.

Los premios para los concursantes eran un diploma de honor y: para el primer lugar una casa de muñecas de ?El Junco? y una estatuilla; para el segundo un fonógrafo y un traje y para el tercero un tiro al blanco.

El resultado del concurso se publicó el Día de reyes de...

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