Mochilazo en el tiempo

Antes lavaban ropa en ríos; hoy, en lavaderosCuentan las abuelitas que ellas lavaban en el río. Años después, surgieron los fregaderos públicos y las actividades se facilitaronMagalli Delgadillo

EL UNIVERSALCuando el reloj-sol dictaba las ocho de la mañana, las mujeres de la familia Ruíz?pobladoras de San Pablo Chimalpa, Cuajimalpa? se dirigían al arroyo para lavar. Tomaban su tina grande, la copeteaban de ropa, tanto que podía pesar hasta 20 kilos. Además, llevaban algo de comida, pues no regresaban a casa hasta las siete de la noche. Bajaban, poco a poco, los caminos empedrados y con lodo.

A principios de la década de los 20, como resultado de la falta de tuberías, se observaba a las señoras restregar sus vestidos en piedras de aquel río en Cuajimalpa. Una de ellas era doña Elena?en ese entonces, tenía seis años?, su mamá y su abuelita.

A veces, sus seis hermanos menores las acompañaban, pero ellos sólo iban a aventarse agua, atrapar ajolotes o se inventaban alguna actividad entretenida con las piedras, palos o tierra.

La señora Refugio ?una mujer de más de 60 años?, quien sigue asistiendo a los lavaderos comunales cercanos a los riachuelos ?chico? y ?grande?, de Chimalpa, dice: ?Antes había ranitas, pero por (el uso de sustancias como el) jabón y blanqueador, ya se perdió?.

La rutina era la misma: empezar a repartirse los calcetines, blusas, ropa interior? El agua de los afluentes corría entre las piedras rasposas, donde las mujeres tallaban. Los días más concurridos por las amas de casa eran los martes o viernes.

El siguiente paso era lo más incómodo: la posición. Tomaban una postura sumisa: se hincaban frente a una piedra, restregaban, hacían espuma, quitaban el exceso de jabón y exprimían, una y otra vez hasta quitar las manchas.

En este tiempo no se usaba el jabón. Lo más ocupado entre las asistentes era el Sanacoche, una raíz (parecida al camote) usada como detergente natural. Escarbaban, cortaban el camote, lo machacaban con una piedra y lo usaban.

?Las prendas quedaban bien suavecitas. Mejor que el Suavitel. Ya no lo usamos. ¡A qué hora estaríamos rascando (la tierra)!?, platica doña Refugio.

Mientras lavaban, ellas platicaban de la vida cotidiana. Doña Elena no menciona detalles, pero quizá de las situaciones de las familias vecinas, los maridos, sus problemas?

Si la prenda estaba lista, era puesta sobre los matorrales o el pasto para terminar con el proceso. Después de todo, convenía que la carga fuera menos pesada a la hora de...

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