Mochilazo en el tiempo

Desaparecen los artistas de los rótulos

EL UNIVERSALHoy en día es raro ver pintados los cristales de las panaderías con los nombres del santoral del mes en curso o con motivos alusivos a las festividades de temporada; también resulta extraño observar los marcos de sus puertas pintados y más aún ver a un rotulista hacerlo.

Incluso puede que estos personajes sean ya desconocidos para las generaciones actuales, pues actualmente es raro encontrarlos. Hasta hace 15 años ver a un rotulista y sus botes de pintura era lo más normal. Hoy el oficio se difumina en la modernidad y lentamente sucumbe al embate de la tecnología pues la computadora y las máquinas de impresión digital han cambiado los procesos de elaboración y el tiempo en los que se llevan a cabo, pero a la vez se aferra y se transforma para seguir manteniendo esta costumbre.

Hace décadas el oficio de rotulista se lograba a través de la práctica, pues entonces no se hacía a través de estudios artísticos. Se tenía que aprender la técnica, y como en todo, practicar todo el tiempo para ser bueno y lograr los diseños con la calidad que solicitaba se solicitaba.

El rotulista podía trabajar en cualquier lugar y en cualquier superficie; un vidrio o un muro eran los lienzos en los que podía extenderse cuanto quisiera y eso supondría la primera impresión que tendría la gente; puede hacer desde una letra para la fachada de una carnicería, una estética, refaccionaria, rosticería, pollería, e incluso sitios de taxis y microbuses o cualquier negocio que necesite reflejar y promocionar sus servicios.

En décadas pasadas encontrar a un rotulista era cosa sencilla. La calle de República de Perú, en el Centro, era conocida como la calle de los pintores ya que ahí se concentraron muchos talleres de rotulación y además de eso era conocida porque el pavimento lucía siempre salpicado de pintura; múltiples manchas multicolores coloreaban el asfalto al momento de que los autos pasaban por encima de las latas de pintura que los rotulistas ponían en la calle de forma intencional para que las llantas las hicieran reventar, así lo recuerda Rodolfo Huerta de Rótulos Huerta. Hoy en esta calle quedan tres talleres: Rótulos abo, Rótulos Huerta y Rótulos Velasco, los cuales siguen ejerciendo el oficio.

Javier Reyes tiene su taller de rótulos en Avenida de los Maestros en Tlalnepantla, Estado de México, es el único rotulista manual que queda ahí y desde hace 35 años está en el mismo lugar. Dice que antes abundaban...

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