Mochilazo en el tiempo

La afición oculta de Sor JuanaEL UNIVERSALLos viernes de quincena los despistados caminan por las calles del Centro Histórico, en busca de algo de comer o beber, sin darse cuenta quizá andan cerca de los pasos de Sor Juana Inés de la Cruz, la mujer que aparece en el billete de 200 pesos que posiblemente gastarán ese día, quien vivió en el ex convento de San Jerónimo, donde ahora está la avenida Izazaga.

Sor Juana nació hace casi 366 años, un 12 de noviembre de 1651, en Nepantla, un poblado del Estado de México, pero, como muchos mexiquenses, estuvo casi toda su vida en la Ciudad de México; fue una mujer tan diversa de sí misma, dice Octavio Paz, que fue religiosa, poeta, música, pintora, teóloga andante, metáfora encarnada, concepto viviente? y hasta cocinera, añade Mónica Lavín en su libro Sor Juana en la cocina, donde, junto con Ana Benítez, recoge recetas e historias de la escritora.

Era el siglo XVII, en aquella época la mujer sólo tenía dos opciones: el esposo o el convento, como deseaba estudiar y lo suyo no era casarse, Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana entró a los 21 años al convento de Santa Paula de San Jerónimo y desde entonces fue conocida como Sor Juana Inés de la Cruz.

Sor Juana nunca fue retratada en vida, todos sus retratos son póstumos.

Las paredes de ese claustro vieron transcurrir los siguientes 25 años de su vida, rodeada de admiración y envidias por su talento. Esos muros ahora observan su eternidad, en los patios ya no hay monjas de blancos hábitos andando en el laberíntico convento, entre rezos y libros (pues todas las monjas que ahí estaban escribían), sino estudiantes que recorren los pasillos restaurados, adornados con poesía de Sor Juana, que andan entre las ruinas del convento y el templo.

Dejó de ser convento hace mucho, en 1867, cuando el terreno fue expropiado, usado como cuartel, luego vecindad, bodegas, talleres mecánicos, un salón de baile llamado "El Pirata", posteriormente el salón de baile "Smyrna Dancing Club", incluso fue el escenario de una película de Adalberto Martínez, "Resortes".

Antes de ser rescatado y convertido en la Universidad del Claustro de Sor Juana, era ya un predio abandonado. Ahora en ese recinto se resguarda un féretro con los restos encontrados de la famosa poeta, ahí está su rosario de madera original, tan intacto como su poesía, después de cerca de tres siglos. Un fragmento acompaña su tumba: "triunfante quiero ver al que me mata y mato a quien me quiere ver triunfante".

Restos de Sor...

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