Mochilazo en el tiempo

El olvidado "show" aéreo de BalbuenaEL UNIVERSAL"Una terrible y constante ráfaga de viento desalojada por la hélice, me impide la vista y casi la respiración, experimento una leve angustia en el pecho y empiezan a caer sobre mi rostro como finos dardos, pequeñas gotas de aceites que desprende con inaudita violencia el motor del avión", relataba Luis Tornel, redactor de esta casa editorial, quien sobrevoló la Ciudad de México durante una exhibición aérea en 1918.

Era el domingo 22 de septiembre, la mañana estaba nublada y el tiempo no parecía propicio para que se llevara a cabo la exhibición aérea, organizada por la Escuela de Aviación Mexicana, en los llanos del Aeródromo de Balbuena en la capital del país.

Previo al evento, EL UNIVERSAL visitó la Escuela de Aviación Mexicana, en Balbuena. "Llagamos al campo de aviación. Seis hangares nos ensañan sus fauces abiertas (?) A la entrada hay un pintoresco torreón que semeja torre de ajedrez. Está pintada de blanco y negro, como dominó, una bandera se mueve con voluptuosidad bajo la caricia del viento. Adentro de la torre hay habitaciones ocupadas por los alumnos".

Apenas tres años antes se habían inaugurado la Escuela Nacional de Aviación ?hoy Escuela Militar de Aviación? y los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, ambos ubicados en los llanos de Balbuena. En enero de 1910, el mexicano Alberto Braniff, realizó el primer vuelo en un avión en México, fue también el primero efectuado en un país latinoamericano.

En ese corto lapso de tiempo, la aviación mexicana ya manufacturaba sus propios aviones ?50 aeroplanos hasta esa fecha?, motores, hélices y pilotos aviadores capaces de ejecutar las maniobras más complejas a bordo de sus aeronaves. Samuel Rojas Rasso fue el primer piloto aviador graduado en la Escuela Militar de Aviación en febrero de 1918.

"Según estadísticas en Aviación, del 3 de octubre de 1917 al 3 de agosto del presente año, los pilotos y cadetes de la Escuela Militar de Aviación, han volado en conjunto, 481 horas, cuatro minutos, 30 segundos. Y en todo ese tiempo, seguramente de mayor o menor importancia; pero ninguno ha traído la muerte o inutilización completa de algún piloto o alumno", se relataba en la página de EL UNIVERSAL.

Poco después de las 10 de la mañana el mal tiempo dio paso al espectáculo aéreo, protagonizado exclusivamente por aviadores mexicanos, donde se rompieron varios récords e intentaron nuevas proezas.

"Los ?looping-the loop?, las caídas de Immelman, la caída de las hojas, los descensos en espiral y otras hazañas ya comunes entre los jóvenes aviadores mexicanos, se repitieron sin descanso" durante toda la exhibición, relata la crónica de esta casa editorial.

"El público esperaba que en la exhibición de ayer los aviadores realizaran el simulacro de combate aéreo que la prensa había...

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