Mochilazo en el tiempo

Primeros psiquiátricos mexicanosCarlos Villasana y Ruth Gómez

EL UNIVERSALLas clínicas destinadas al cuidado de personas que tienen alguna enfermedad mental han estado presentes en la Ciudad de México desde la época colonial. El primer interesado en abrir un sitio especializado en lo que hoy conocemos como psiquiatría fue Fray Bernardino Álvarez, personaje genuinamente altruista del siglo XVI.

En 1566 Álvarez abrió en la Nueva España el primer hospital dedicado al saneamiento mental en todo el continente americano (y uno de los primeros en el mundo), era el Hospital de los Inocentes, también conocido como Hospital de San Hipólito.

Casi cien años después, el carpintero José Sáyago empezó a alojar en su casa a algunos enfermos mentales que, debido a la desinformación o voluntad de las familias, deambulaban por las calles en busca de alimento y de algún techo donde alojarse.

Tras ver el esfuerzo de José, el Arzobispo de México, Francisco Aguilar y Seijas, decidió apoyarlo e instaló en una casona vieja situada frente a la iglesia de San Pedro y San Pablo -en la actual calle Del Carmen, esquina con San Ildefonso-, un espacio con cupo para 60 mujeres dementes, que permanecieron en ese sitio hasta el año de 1700, cuando la Congregación del Divino Salvador compró una casa en la calle de La Canoa.

El siglo XVIII transcurrió sin mayores cambios en cuanto a los hospitales psiquiátricos. Tanto el de San Hipólito como el de La Canoa funcionaron bajo la Orden de los Hipólitos hasta que fue suprimida y su administración pasó a manos del Ayuntamiento; sin embargo, algunos religiosos exclaustrados siguieron atendiendo a los enfermos mentales hasta 1853.

Décadas posteriores a la Independencia, el hospital de San Hipólito cumplió con su papel en condiciones sumamente precarias, mientras que el hospital de la Canoa recibía utilidades de una lotería y por ende sus instalaciones eran mejores.

Después de 344 años de existencia del manicomio de San Hipólito y 210 años del manicomio de la Canoa, el gobierno de Porfirio Díaz decidió que, como primer acto de la celebración de las fiestas del Centenario de la Independencia, se inauguraría el 1º de septiembre de 1910 el Manicomio General al que serían trasladados los enfermos de los antiguos hospitales.

El Manicomio se construyó en la antigua Hacienda de La Castañeda, al suroeste de la ciudad y funcionó como hospital psiquiátrico hasta 1960, cuando se replanteó su efectividad, se propuso su cierre y la reubicación de...

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