Mochilazo en el tiempo

Los tatuajes del siglo pasado

Patricia Plata Cruz

El UNIVERSALLa historia del tatuaje se remonta hasta los inicios de la humanidad misma. Ejemplo claro de esto es Ötzi, el hombre de hielo. Un cazador momificado que falleció hace más de 5 mil 300 años. Existen pruebas de que llegó a tener más de 57 tatuajes.

Desde asirios, fenicios y tracios, todos usaban tatuajes. Por ejemplo, en Egipto, los tatuajes se realizaban con el fin de atraer protección para demostrar valentía.

El tatuaje moderno llegó al mundo occidental por allá del siglo XVIII con los marineros ingleses y holandeses que en sus expediciones convivían con tribus nativas polinesias, cuya práctica de tatuar era común y los navegantes la adoptaron ya siendo tatuados o volviéndose tatuadores.

Aunque en América, los tatuajes ya existían en las culturas precolombinas, sobre todo entre los mayas y chichimecas, su significado y uso era meramente ritual y religioso. También eran una forma de representar símbolos de identidad étnica o alto estatus social.

Ejemplo de esto son algunas momias encontradas una en Comatlán, Oaxaca, con los brazos tatuados de líneas negras y azules y otro par en la Cueva de la Candelaria, Coahuila, también con líneas, puntos y bandas de color negro en brazos y piernas.

--El tatuaje como identificación de prisioneros

La idea de tatuar a los prisioneros nació en Grecia, ya que servía para identificarlos. Las técnicas que usaban fueron aprendidas de los persas. Autores como Platón afirmaban que los tatuajes eran una forma de castigo, él insistía que a los culpables de sacrilegio debían de tatuarlos y expulsarlos de la ciudad.

Posteriormente, los romanos copiaron esta costumbre de tatuar a los miembros de su ejército, ya que la mayoría eran mercenarios, y así poder identificar a los desertores. Los dibujos para hacer los tatuajes a veces se imprimían con un molde de madera y polvo de carbón.

En el libro Epítome de la ciencia militar, de Flavio Vegecio Renato se dice que "los reclutas debían ser marcados con la aguja que tenía el emblema oficial de la legión, tan pronto como fueran admitidos en el ejército".

Durante los primeros años del siglo pasado, al tatuaje se le seguía considerando como exclusivo de sectores poco industriosos e ignorantes. Aunque este estigma duró casi un siglo, todavía en la década de 1980, se seguía considerando al tatuaje como una práctica de desviados, anormales y criminales.

En las prisiones de finales del siglo XIX, el método para tatuar era rayar con la punta de la aguja la piel para señalar donde se haría la incisión, se aplicaba carbón finamente pulverizado y humedecido con agua, después se picaba la...

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