Nacho Trelles, el genio humilde

CIUDAD DE MÉXICO, julio 27 (EL UNIVERSAL).- Polémico, lúcido, con buen sentido del humor. Por dentro, Ignacio Trelles es el mismo a unos días de su centenario de vida. Los cambios los lleva por fuera: cabello cano sin su tradicional cachucha, espalda encorvada, rostro surcado. Desdibujado su bigote estilo Tin Tan, camina apoyado en una andadera de metal que le sostiene los años. Se sienta en la sala de su hogar e inicia la charla que descubre a Don Nacho como un genio humilde.

Es el técnico que logró el primer punto y la primera victoria para México en los mundiales; nadie como él ha dirigido al Tri en tres copas del orbe ni ganado tantos títulos (siete) de Liga, pese a que se retiró como entrenador en 1991.

Los años dorados de Cruz Azul ?club en el que actualmente trabaja como asesor de fuerzas básicas?, no se pueden entender sin este hombre que bordó dos estrellas en la playera celeste en los 70. El prestigio del América se forjó bajo su mando. Mas él descarta ser una figura.

?Me siento una leyenda a medias, pues la prensa me criticó mucho?, dice sobre cuando los reporteros resaltaron lo negativo de su paso en el Tricolor (el 8-0 en un amistoso ante Inglaterra, un esquema defensivo en el Mundial de 1966 y resultados adversos previo al de 1970).

Don Nacho se niega al elogio mientras reposa en su casa de la colonia San Miguel Chapultepec, a donde su padre, un electricista de tiempos de la Revolución, lo llevó a vivir desde niño. Lo escoltan fotos de su matrimonio con Consuelo, quien murió en 2015. Con ella procreó cuatro hijos: Eduardo, María Eugenia, Ignacio y Leticia. Tiene seis nietos y tres bisnietos.

Manuel Lapuente, uno de sus pupilos y de los técnicos más reconocidos, afirma que Nacho fue un adelantado a su época, pues la formación 4-4-2 que puso en práctica en el Mundial de 1966 fue desarrollada por casi todas las selecciones del planeta 30 años después.

Pero Trelles se deja aconsejar por la modestia. ?Mi legado es reducido, porque va dirigido a pocas personas en el futbol; no a todos convence uno y es imposible ser querido por todos?.

Y reflexiona: ?Cumplí con un buen lugar dentro de los entrenadores. Como yo veía el futbol los demás no lo veían, aunque tuvieran buenos jugadores?.

Amante del basquetbol, Nacho usó ejercicios del deporte ráfaga en las prácticas de futbol y balones de americano para entrenar a los porteros. ?Nos divertía y daba acondicionamiento físico?.

También es conocido como el sabio de las formaciones. ?Cuando...

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