?No tuve gestión perfecta, pero no entrego cenizas?

Ricardo Gómez

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 10 (EL UNIVERSAL).- El gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez (PRI), afirma que deja un estado mejor que como lo recibió.

?Hoy Chihuahua está de pie?, dice y ve en el combate a la inseguridad uno de sus mayores resultados.

En entrevista con EL UNIVERSAL, a menos de dos meses de dejar el cargo a Javier Corral (PAN), afirma que ello se logró sin miedos y depurando las cárceles. ?Si a mí me pregunta cuál es el mayor de mis privilegios, es haber cerrado cárceles y haber abierto escuelas?, responde.

Considera que el reto de la siguiente administración será mantener así al estado. ?Por ahí han expresado, algo que me causa risa, que la seguridad en Chihuahua ?está colgada de alfileres?; deben estar muy buenos los alfileres, porque ya tienen cinco años. Yo sólo pregunto, si van a ser capaces de sostenerlo?, expresa.

Duarte Jáquez acepta que deja pendientes, como el transporte público.

Asegura que no incrementó la deuda del estado, y si acaso subió mil millones ese rubro.

Rechaza las acusaciones de ser accionista de un banco, como lo acusaron.

No se siente culpable por la derrota del PRI en el estado, y aunque no fue una gestión perfecta, no deja a la entidad ?en cenizas?.

Duarte Jáquez se dice víctima de una campaña permanente de desprestigio y descalificaciones.

Como ciudadano afirma que podrá caminar tranquilo por las calles de Chihuahua, aunque no detalla cuándo podrá hacerlo.

Policías infiltradas de escándalo

¿A escasos dos meses de dejar la gubernatura, cómo se siente?

?La función pública es una actividad permanente de retos, especialmente en una sociedad como la nuestra, que está evolucionando de manera permanente y un mundo competitivo y a la vez convulsionado.

En ese escenario, creo que el balance en Chihuahua es muy positivo. Sin duda, siempre habrá más que hacer; la sociedad legítimamente debe exigir mejores resultados y estándares de vida; pero a mí me parece que lo fundamental es que logramos enfrentar los retos mayores que teníamos, que ya pocos recuerdan.

Hace seis años en Chihuahua era difícil hasta hacer una campaña política, estaban canceladas las exhibiciones de películas en la noche, no había vida nocturna, la economía estaba paralizada en muy buena parte.

La actividad delincuencial galopaba por el territorio estatal. La impunidad era el sesgo que mantenía a una sociedad con temor y enlutada; recordemos los feminicidios, recordemos los secuestros, recordemos la migración masiva de la población chihuahuense hacia Estados Unidos o a otras regiones del territorio nacional.

Ese era el Chihuahua que teníamos, con un decrecimiento económico de nueve puntos, con un desempleo galopante y con la impunidad y la actividad delictiva cooptando a los jóvenes y, sobre todo, expulsando a la actividad económica.

Ese es el estado que encontramos, un...

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