'No me gustaba que mi hijo fuera policía'

IRIMBO, Mich., octubre 17 (EL UNIVERSAL).- Uno de los 13 agentes que fueron asesinados el lunes en la comunidad de El Aguaje, municipio de Aguililla, se despidió de su familia días antes de morir a manos del crimen organizado.

Arturo Jonathan Lechuga Guerrero tenía 22 años y llevaba dos en la policía de Michoacán.

Con un sueldo de 5 mil 161 pesos quincenales, el joven tenía la ilusión de terminar de construir la casa de su madre, pero murió asesinado. En el velorio, su madre, Juana Yolanda Guerrero Cruz, dice que se siente orgullosa de su hijo porque dio la vida por defender a los ciudadanos, a pesar de las malas condiciones en las que están los elementos.

"Era un niño bueno. A mí no me gustaba que fuera policía. Me lo mataron, me lo torturaron. A nadie le deseo esa muerte", expresa.

Mientras abraza a una Virgen de Guadalupe, la mujer, devastada, suelta entre llanto: "Ya no tengo razón para vivir. Él era mi mano derecha, era todo para mí. Era mi orgullo. Era lo más grande que yo tenía. No tomaba, no era de muchos amigos y aun así me lo mataron".

Revela que días antes notó en la mirada de Jonathan el miedo de volver a la región de Apatzingán, donde tenía un año comisionado: "Nunca me habló de amenazas. Una vez me dijo antes de irse, parado en la puerta de la central camionera: 'Mamá, yo creo que ya no nos vamos a ver'. ¡Estás loco!, le dije, 'aquí te espero'; le di la bendición y se quedó muy triste viéndome".

Desde ese momento, confiesa Juana Yolanda, sabía que algo le iba a pasar a su hijo.

"Él ya...

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