A no perder la marcha

CIUDAD DE MÉXICO, enero 23 (EL UNIVERSAL).- Los primeros partidos del Cruz Azul provocaron una mala impresión. Sin ganar, los cementeros lucieron chatos en el ataque y vulnerables. Resaltó la falta de idea y de confianza.

La victoria frente a los Tigres fue una recarga de energía. El portero Jesús Corona reconoció que las expectativas para La Máquina eran mayores, en comparación con el arranque del Apertura 2018, torneo en el que terminó líder y llegó a la final.

"Nosotros sabemos de lo que somos capaces y la vara estaba muy alta, por lo conseguido el torneo pasado", dijo el capitán celeste. "Sabemos la manera en la que arrancamos el Apertura y, de ahí, las críticas de que el equipo no arrancaba".

El portero, de 37 años de edad, reconoció que hubo "un bajón" después de perder la final contra el América. Una pastilla muy difícil de pasar, además del poco tiempo entre torneos.

El Cruz Azul tuvo 10 días de descanso antes de arrancar los trabajos previos al Clausura 2019. El golpe motivacional de las Águilas y el calendario apretado desequilibró la marcha de La Máquina.

"Se tuvieron que analizar las cosas; era cuestión de tiempo [ganar]", explicó Chuy.

Los tres puntos en Monterrey fueron un impulso en la confianza cementera. La primera victoria del año y ante un rival de gran potencia económica y futbolística.

"Nos vino muy bien, porque nos estancábamos en la tabla. Necesitamos mantener este nivel de juego, en lo individual y en lo colectivo", agregó.

Con todo y la salida de Iván Marcone de La Noria, llegaron nuevos cementeros, como Jonathan Rodríguez, Orbelín Pineda y, el más reciente, Stephen...

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