'No hay problema social que no ocurra en México'

Yanet Aguilar Sosa

CIUDAD DE MÉXICO, abril 15 (EL UNIVERSAL).- Guadalajara ha estado siempre en la literatura de Antonio Ortuño; sin embargo el terruño de este potente escritor mexicano había estado presente de manera lateral hasta ahora que aparece "Olinka (Seix Barral)", su nueva novela en la que Guadalajara tiene un protagonismo central pero vinculado a su historia más oscura: el lavado de dinero, la corrupción, la especulación inmobiliaria y la gentrificación.

A través de la historia de Aurelio Blanco, encarcelado 15 años por asumir la culpa de un fraude cometido realizado por su familia política, los Flores, quienes quería edificar una urbanización inspirada en la "Olinka" del Dr. Atl, Antonio Ortuño (Zapopan, Jalisco, 1976) trama una historia de corrupción y dinero sucio ocurrida en Guadalajara pero que podría ser cualquier ciudad de México.

"Llevaba tiempo fascinado con muchas de las historias que se reúnen ahí y que tienen que ver con mi ciudad, fascinado con la idea de retomar este plan utópico del Dr. Atl, y aterrizarlo a lo que es el México contemporáneo; es decir, esta máquina de arrasar los sueños de quienes vivimos en el país y también los años del pasado", señala en entrevista telefónica, desde Berlín, el también autor de "Recursos humanos y Méjico".

En "Olinka" está latente Guadalajara pero no es un libro "nada querendón mi nada turístico con esa ciudad a la que conozco con los ojos cerrados", señala Ortuño, quien asegura que en realidad es un libro áspero con su terruño, pero que en el fondo puede ser cualquier ciudad de México.

Dice Ortuño que "Olinka" podría estar en las afueras de la Ciudad de México o Monterrey, pero tiene peculiaridades Guadalajara, porque es la capital del "lavado" de dinero y una ciudad donde la clase dominante es prácticamente la misma desde tiempos de la Conquista. Pero lo central es que la gentrificación y el exterminio de las comunidades suburbanas están en todo México. "La voracidad inmobiliaria se lleva todo por delante y el carácter sumiso de la clase media ha convertido a millones de personas en admiradores, devotos y servidores de los poderes; nos ha dado la clase media que tenemos: una clase despolitizada y desmovilizada que piensa que movilizarse es mandar tuits".

A partir de dos frases que son lemas puestos en dos de los más emblemáticos recintos de Guadalajara: el Teatro Degollado y la Minerva: que dicen: "Que nunca llegue el rumor de la discordia" y "Justicia, sabiduría y fortaleza...

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