'No traemos ni para tragar, menos para comprar un arma'

SALTILLO, Coah., agosto 3 (EL UNIVERSAL).- En un rincón de la Casa del Migrante en Saltillo, un grupo de migrantes cuentan sus anécdotas de represión, abusos, golpes, secuestros. Lo platican horas después de que a un par de kilómetros del albergue, el migrante hondureño Marco Tulio Perdomo Guzmán fuera asesinado.

"No es la primera vez. Esas cosas pasan", dice uno de ellos. "En Monterrey -Nuevo León- te pegan trompadas, te cachetean los policías por gusto", cuenta otro. "Fuerza Coahuila me registró y me quitó 300 pesos. Me dijeron que no le reclamara nada porque si querían me desaparecían", relata uno más. "En Gómez Palacio ?Durango- a los policías municipales les dicen los 'mañocipales'. A mí me pusieron un machete y una pistola en la cabeza en Tenosique", narra un hondureño espigado. "En Monterrey me secuestraron, ahí los policías te entregan al cártel", dice uno más.

Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo, comenta que la situación en el albergue está muy tensa, pese a que los extranjeros asumen que es un viaje de riesgo.

Ante ese contexto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares para los migrantes en el estado. Este viernes, afuera de la Casa del Migrante estaba vigilando una patrulla de Fuerza Coahuila.

Los extranjeros critican también la primera versión de las autoridades coahuilenses sobre que Marco...

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