Parres. Tiradero de cuerpos en CDMX

David FuentesCIUDAD DE MÉXICO., noviembre 11 (EL UNIVERSAL).- En la frontera entre la alcaldía Tlalpan y el estado de Morelos, se encuentra uno de los tantos lugares abandonados por las autoridades, a pesar de ser parte de la metrópoli, el poblado de Parres El Guarda, se sigue gobernando por "usos y costumbres"; ahí no se ven patrullas de la policía local, la vigilancia es escasa o nula en toda la zona boscosa donde, a decir de moradores, les pertenece a los taladores clandestinos y la delincuencia organizada.

En las entradas y salidas ?por la carretera federal a Cuernavaca? no hay cámaras de seguridad, la última que se observa perteneciente al C-5 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX), está a la altura del pueblo de San Miguel Chicalco, la cual, a decir de vecinos, no sirve luego de que la misma delincuencia la descompusiera de manera intencional hace dos años y revelan que, a pesar de los reportes, nadie atiende sus quejas.

La misma orografía de la zona la ha convertido en el lugar ideal para que los delincuentes hagan de las suyas, desde talar árboles de manera clandestina, que la utilicen como refugio para integrantes de la delincuencia organizada y para la instalación de narcolaboratorios hasta convertirla en una suerte de cementerio clandestino; de los tres últimos asesinatos de alto impacto que se registraron en este año, los cadáveres fueron localizados en esa zona.

Lamentablemente no son casos aislados, cifras de la procuraduría capitalina revelan que, por ejemplo, de enero a noviembre de este año fueron localizados en la zona boscosa de Parres 21 cadáveres que, debido a la descomposición que presentaban, fueron llevados a Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) en calidad de desconocidos; de las 21 víctimas, solo siete fueron identificados y entregadas a sus familiares que los buscaban, luego de que reportaran a la procuraduría capitalina que un día "desaparecieron" y nadie supo más de ellos hasta que pobladores de aquel lugar, los encontraron.

A estas personas las buscaron en hospitales, en otras entidades, en distintos centros del Servicio Médico Forense (Semefo) sin tener suerte, incluso; provocaron que se organizaran varias protestas y, de manera independiente, los familiares implementaran "rastreros" en esa zona, pues nadie conoce los caminos y escondrijos esa zona boscosa.

Según las estadísticas de la procuraduría local, de las 21 víctimas, 16 murieron por arma de fuego y cinco más por arma blanca. Llama la...

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