“Pepe” el pollo es inocente

Irma Gallo

MÉXICO, D.F., abril 23 (EL UNIVERSAL).- En la cena prenavideña con sus amigas, Mónica, una amiga mía, bajita y poco expresiva, soltó de sopetón que su hija Hanna, de apenas siete años, tenía pubertad precoz central, un trastorno por el que en los últimos meses le habían brotado botones mamarios debajo de sus pezones y sus axilas habían empezado a desprender el olor característico de la adolescencia.

Cada 28 días tenían que inyectarle Pamorelín, una hormona gonadotropina para regular su desarrollo. Entre copas de Merlot, pasta, ensalada, camarones y pulpo, Mónica nos contó a sus compañeras de secundaria, quienes nos reunimos anualmente en Querétaro, que la ingesta de pollo podía ser la razón por la cual su hija había desarrollado ese trastorno, por lo que la endocrinóloga le pidió que lo quitara de inmediato de su dieta.

Hanna, una niña delgada y de ojos enormes y expresivos como los de su madre, inició el tratamiento y dejó de comer pollo. A Mónica le preocupaba que se desarrollara mucho antes que sus amigas de segundo de primaria y esto le causara algún tipo de complejo. Pero con el ave fuera de su dieta y el tratamiento hormonal los botones desaparecieron, junto con el fuerte olor de las axilas y el dolor de huesos.

El de Hanna no fue el primer caso que había escuchado sobre las consecuencias de consumir pollo. Entre los rumores se hablaba de que las hormonas que les inyectan a estas aves hacen que a las mujeres les crezcan los senos o se desarrollen de manera prematura. También se les han adjudicado brotes de salmonela debido a prácticas poco sanitarias y a que se venden contaminadas. Incluso, se reportaron casos en los que el pollo desarrollaba la bacteria E. Coli, causante de diarreas hemorrágicas y graves infecciones de las vías urinarias.

En Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA) admitió el año pasado que el pollo que se consume en ese país contiene cantidades de arsénico perjudiciales para la salud, y hace un par de meses McDonald’s declaró que retiraría paulatinamente el pollo con antibióticos de sus restaurantes. Me pregunté entonces: ¿Es realmente tan malo para la salud?

Posturas encontradas

Ricardo Cuetos, veterinario zootecnista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), es uno de los defensores a ultranza de los beneficios del pollo.

Actualmente tenemos pollos que genéticamente, en 49 días, llegan a producir más de tres kilos de peso...

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