Poncha el machismo

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 23 (EL UNIVERSAL).- La aventura de Rosi con la pelota caliente empezó a los tres años, cuando su mamá inscribió a su hermano en una escuela de beisbol, camino en el que ella lo siguió de manera natural, le divertía practicarlo y desde entonces, nadie fue capaz de alejarla de un guante.

"Me gustaba todo. Lanzar la pelota, agarrar rolas, hacer los ejercicios que nos ponían, batear, todo me gustaba y lo disfrutaba mucho", recuerda más de quince años después, ya como una pelotera en forma que atrajo la atención de los Azulejos de Dolores Otero, en la Liga Meridana de Yucatán.

Inspirada en El "Chispa" Gastélum y Pablo Ortega, a quienes vio lucir en el paso de los Tigres por Puebla, la Liga Meridana le abrió las puertas hace un par de años para convertirse en la primera mujer en un circuito profesional varonil, "la pelota significa mucho para mí. Al guante y también a la pelota les diría que son parte importante en mi vida, pues me han acompañado desde pequeña y he pasado muchos momentos agradables haciendo lo que más me gusta y disfruto".

Enfrentar desde la lomita a los rivales es un reto que le agrada pero tomar el bat es aún más duro de sortear. "Porque sé que tengo que dar un buen batazo para poder ayudar a mi equipo. Estoy más acostumbrada a ponchar rivales, el poder de lanzar y dominar a los bateadores es indescriptible".

La temporada que arrancó hace unas semanas será la tercera que disputa en la Liga Meridana, a la cual regresa con más experiencia y valor, "ahora será diferente porque juego en ligas varoniles y eso me ha ayudado mucho".

SIN DOBLAR EL BRAZO. Sabe que...

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