El Puerto, zoo de animales incautados por la FGR

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 31 de mayo)REYNOSA, Tamps., junio 7 (EL UNIVERSAL).- Boris tenía cuatro meses de edad cuando fue castrado y relegado. La familia lo adquirió a los dos meses de nacido; era un hermoso cachorro que la mayor parte del día estaba en la sala, donde jugueteaba, le daban de comer y era acariciado; por las tardes lo llevaban a la alberca para que se refrescara.

En dos meses Boris, el león africano, creció y ganó peso, quería seguir jugueteando, pero su fuerza se convirtió en un problema, principalmente por el temor de que hiriera a los niños. Sin consultar a un especialista decidieron castrarlo, con la idea de frenar su instinto salvaje; fracasaron, lo que consiguieron fue condenarlo a actuar siempre como cachorro.

Decidieron que los niños ya no se le acercaran y lo mantuvieron encerrado la mayor parte del día. Así pasó de la sala a una jaula, donde vivió cerca de dos años. El felino pertenecía a una familia que se dedicaba a actividades ilícitas y huyó para evitar ser detenida; en la vivienda dejó abandonado a Boris.

Cuando elementos de la Procuraduría General de la República (PGR), hoy fiscalía, y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) incautaron la vivienda, en la sala encontraron al león, que nervioso caminaba entre los muebles y luego se paraba en el quicio de las ventanas para asomarse.

Las autoridades se dedicaron a buscar un nuevo hogar para Boris, pero en todo el país nadie aceptaba recibirlo, y tenían razón, ya no era útil para procrear y era muy costoso mantenerlo. Su destino final era ser dormido.

Una oportunidad

La hora final de Boris se acercaba cuando en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se recibió el llamado telefónico de una mujer que estaba dispuesta a adoptarlo y prometía darle calidad de vida. Fue así como el león africano llegó a formar parte de la familia de la maestra Vicky Garza Peña.

En entrevista Vicky platica que le conmovió la historia de Boris, porque "los animales no piden ser sacados de su hábitat natural y mucho menos, que se les castre o dañe alguna parte de su cuerpo". Recuerda que desde pequeña quiso ser veterinaria, pero su madre le dijo que ésa no era una profesión para niñas.

Aunque estudiaba para maestra no quitó el dedo del renglón, y cuando estaba por cumplir los 18 años le pidió a su padre unos terrenos que él no ocupaba. Cuando le preguntó "¿para qué los quieres?", ella respondió que para criar animales.

Tardó casi...

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