Quedó un tufo a gasolina y a flores marchitas en Tlahuelilpan

TLAHUELILPAN, Hgo., enero 23 (EL UNIVERSAL).- Esta tierra no estaba preparada para la muerte, menos para ofrecer un lecho a sus difuntos, que suman 98. En este municipio, el único panteón es insuficiente para sepultar a quienes murieron por la explosión de una toma clandestina; sus tres hectáreas no alcanzan.

"Ya no hay capacidad en el panteón, hemos pedido ayuda al presidente [Andrés Manuel López Obrador] y al gobernador [Omar Fayad], para que se acondicione un predio cercano (...); hay unos 30 desaparecidos de Tlahuelilpan, si fallecieron necesitan un lugar", señala el alcalde Juan Pedro Cruz en la entrada del cementerio ejidal.

Tras el siniestro del viernes pasado, en el poblado de San Primitivo, aquí no sólo quedó el tufo a gasolina y el visible luto de decenas de personas que caminan vestidas de negro por las calles, también hay nubarrones de polvo y olor a flores marchitas, que emanan del camposanto.

"A veces mueren dos o hasta tres personas cada siete días, pero también pasamos semanas en que nos vamos limpios [sin ningún muerto que sepultar]", dice Alejo Monroy, cuidador del panteón.

Al lado de este lugar, el edil alista un campo de...

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