'Al quitarle su mano de pecho, vi la sangre'

MÉXICO, D.F., mayo 22 (EL UNIVERSAL).- Verónica no permitía que sus hijos jugaran en la calle por temor a que les ocurriera algo. La noche del martes su miedo se volvió realidad cuando una bala perdida hirió en el pecho a Alan, de 10 años.

Esa noche, Verónica Pérez regresó a casa en la colonia San Rafael Chamapa, en Naucalpan, Estado de México, aproximadamente a las 20:00 HORAS tras haber recogido a su hija Magalli, de 14 años, en compañía de su hijo Alan Francisco, de 10.

Cuando estaban por llegar a su domicilio, en la calle Moctezuma, amigos de Magalli los abordaron para pedirle permiso a su mamá de que la dejara salir a jugar un rato.

Verónica se negaba, pero mientras los niños insistían Alan aprovechó para alejarse un momento para jugar. Hasta que una fuerte detonación se escuchó.

"Oí el disparo y enseguida a mi hijo gritando 'mamá, mamá', con su mano en el pecho”.

La mujer creyó que el niño simplemente se había asustado por el sonido, pero después, al escucharlo de nueva cuenta pedir ayuda, se echó a correr.

“Al quitarle su mano de pecho, vi la sangre y me dijo 'mamá, me dieron'", narró la mujer.

La bala salió de una pistola que manipulaban dos vecinos que se encontraban bebiendo en la banqueta. Verónica sólo recuerda los gritos, la sangre, la ambulancia y a su hijo sufriendo porque no podía respirar.

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