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Toño Esquinca, el deslealAdemás, Alejandro Fernández y Enrique Iglesias, los reyes de las fiestas patrias en Las Vegas.Gil Barrera

EL GRAFICOTodos los medios de comunicación se deben a su audiencia, por ello, hacen un gran esfuerzo por traer los contenidos más atractivos para cubrir las necesidades que pide el público. Aunado a ello, siempre encuentran la manera de agradecerles su lealtad con algunos obsequios, de ahí las promociones en las que se regalan boletos, aparatos electrodomésticos y hasta lana. Ese es el ejercicio normal y un hábito construido por muchos medios desde hace muchos años.

Sea cual sea el medio, el trato con la gente siempre es cordial, la preferencia de los lectores, radioescuchas y televidentes es un encuentro de amigos, sin intereses, tú me das lo que me gusta leer o escuchar o ver y yo te sigo. Y cuando me preguntan por ti, hasta te recomiendo, es un pacto leal entre medio y consumidor, valores entendidos sin corrupción.

Así lo entienden todos, menos Toño Esquinca, quien hace unos días lanzó una campaña que llama abiertamente a comprar rating y que de no frenarse pondrá en duda la legitimidad de las agencias que hacen los reportes de consumo, la transparencia de Radio Centro -empresa donde trabaja- y el honor inmaculado de las audiencias de radio.

Y el tema va así. Las agencias que levantan el rating en México tienen varios esquemas para saber quién consume la radio. Unas tienen en los cruceros gente que pregunta qué estación están oyendo y la respuesta queda registrada en una especie de tableta, mientas que otros obsequian un pequeño libro, en el que se anota de una manera muy sencilla qué frecuencia escucha el encuestado, como si fuera un diario.

En su espacio en Alfa 91.3 el locutor Toño Esquinca está llamando a los radioescuchas para que cuando les llegue el diario donde se les pregunta qué estación escuchan pongan que sintonizan Alfa, diciendo al aire: "Mientras más escriba que escucha usted Alfa 91.3, más dinero se le va a pagar a usted cuando recojamos el diario". Sí, así sin tapujos, el comunicador reconoce la compra abierta de audiencia, no especifica cuánto les da, pero sí sabe que es la fórmula para cautivar radioescuchas, en un acto desleal que pone en duda...

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