El Rebaño gana el Clásico Tapatío

GUADALAJARA, Jal., abril 17 (EL UNIVERSAL).- La agonía del encuentro demuestra que mientras el árbitro no silbe el final, todo es posible. Así es el futbol, capaz de construir historias de gloria en tan solo un instante. Por eso, cuando el cabezazo de Jair Pereira llega a las redes, la explosión de la tribuna es apoteósica. El 0-0 se había extendido hasta la compensación. Y en un chispazo, Chivas se lleva el Clásico Tapatío.

Su festejo es de tipo militar. Corre al banderín desde donde había salido la pelota que lo baña de gloria. Se lleva la mano derecha a la frente. Por eso es el “Comandante” del Rebaño Sagrado. El zaguero central define el duelo del honor. El orgullo de la ciudad. Al menos por hoy, Guadalajara es de Chivas. Así pesa este encuentro.

Pocas veces se ve un Clásico con equipos de ideas tan disímiles. Chivas apuesta a su estilo de siempre. Busca la pelota en pos del protagonismo. Atlas, en cambio, se repliega: dos líneas de cuatro separadas apenas por 10 metros de distancia durante casi todo el primer tiempo. Apuesta a un “latigazo” al frente o un error del rival.

Así, la redonda se vuelve rojiblanca. El Rebaño Sagrado “inclina” el campo. Se adueña del trámite. Y los Zorros de Gustavo Costas parecen cómodos con eso. Guadalajara toca y toca. Le falta profundidad. No encuentra espacios cuando los Rojinegros meten a los 11 en su propio campo.

El partido es así. Y de repente, Chivas empieza a encontrar huecos en la bien ordenada defensa visitante. El primer aviso lo da Carlos “Gullit” Peña. Conduce. Levanta la mirada. Toca profundo. Isaac Brizuela entra al área. Cuando intenta quitarse de encima al arquero Óscar Ustari, le puntean la redonda. Se acaba el peligro, al '23.

Después, encuentra claridad. Pero falta contundencia. Edwin Hernández, agregado al ataque, sirve de gran manera. Al hueco. Deja solo a Omar Bravo. El capitán, titular hoy por la lesión del joven Ángel Zaldívar, encara al guardameta. Define de zurda. Cruzado. Ustari levanta la mano izquierda. Con puro reflejo, tapa al '24.

La fórmula se repite al '31. El “Aris” Hernández de nuevo agregado al ataque, toca profundo. De nuevo para Omar Bravo. Otra vez el capitán rojiblanco dentro del área. Ustari le achica. El veterano delantero patea de zurda. El arquero le tapa con la rodilla. Perdona el Guadalajara, por segunda vez.

Cuatro minutos más tarde, Bravo recibe por el costado izquierdo. Rafael Márquez sale a la marca. Mano a mano entre dos históricos del futbol mexicano...

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