Rechazo a eutanasia proviene de la fe: experto

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 5 (EL UNIVERSAL).- Postrados sobre sábanas, de manera horizontal, con incesante sufrimiento físico, emocional, sicosocial, con padecimientos graves en fases avanzadas, millones de personas en todo el planeta no pueden acceder a la eutanasia o a la muerte asistida para aliviar su dolor, aunque según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año más de 20 millones de pacientes requieren cuidados paliativos al acercarse el final de su vida por enfermedad.

El rechazo a la eutanasia activa y al suicidio asistido proviene de la fe, de las religiones, que pregonan un dios que da vida, por lo que sólo él puede quitarla; esa idea ha complicado que la gente voltee a ver otra posibilidad, aseguró Arnoldo Kraus, académico e investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Además, la mala fama de estas prácticas se remonta a la época del nazismo, relató. En dicho régimen se aplicaba la eutanasia a todos y a todo lo que para ellos era imperfecto, independientemente de situaciones morales o raciales.

Pero la eutanasia provee a la persona de cierta autonomía, de libertad para ejercer su derecho de decisión; con ella, el enfermo podría acercarse a un deceso sin sufrimiento físico ante enfermedades como el cáncer, afección recurrente para solicitar la muerte asistida.

En México se debe informar a la población, decirle por qué ayudar a morir es un acto que tiene sentido, que no atenta contra una...

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