Regalar flores, negocio y tradición

MÉXICO, D.F., mayo 9 (EL UNIVERSAL).- Productores y vendedores de flores coinciden en que su negocio no prospera.

Ante los gastos que representan la siembra y cultivo, así como los insumos, además de los pagos de renta del local, combustible y otros enseres, este comercio no resulta productivo, por lo que intentan aprovechar fechas como el 10 de mayo para vender con incrementos en el precio de entre 10 y 15%.

Pese a ello, algunos clientes sostienen que compran flores para regalarlas a sus madres o a sus parejas, porque es una tradición que no se pierde.

“Regalar rosas a mi mamá es algo bonito, un buen detalle que procuro desde hace varios años, es una tradición familiar”, sostiene Gustavo Lizama.

De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), anualmente los floricultores mexicanos producen alrededor de siete millones de gruesas de rosas (cada gruesa equivale a 12 docenas o 144 unidades), que son comercializadas durante todo el año, principalmente en fechas como el 10 de mayo.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) detalla que la rosa se cultiva en una superficie de alrededor de 1.5 mil hectáreas, con un valor estimado de mil 468 millones de pesos y aporta 23.9% de la producción nacional de ornamentales.

Además, es la flor que más se consume en el país, seguida de la gerbera, el anturio, lilium, tulipán, crisantemo, gladiola, clavel y los follajes de corte, especifica el SIAP, el cual subraya el incremento de la demanda en esta fecha, así como el 1 y 2 de noviembre y el 12 y 25 de diciembre.

Javier Juárez Morales, productor del Estado de México, reconoce que sube un poco la venta, al igual que los precios, por ejemplo, la flor de nube pasa de 15 a 25 pesos, pero, señala, aun así no salen buenas ganancias.

“La gente se queja muchas veces de que está muy cara la flor, pero no se dan cuenta de todo lo que cuesta producirla. Son cuatro meses los que se tarda entre siembra y cosecha, en ese periodo se tienen que hacer gastos, como el pago a peones, sus comidas e insumos.

“Hay personas que se quejan, dicen: ‘¿Por qué está dando caro?’ Piensan que a lo mejor sólo cosechamos como caiga, pero atrás está mucho trabajo”, resalta Javier Juárez, quien tiene casi 40 años como productor.

De su familia sólo él se dedica a esto; los hijos ya no quieren trabajar en el campo, pues no ven un buen futuro ahí, ni en el negocio de las flores.Yo porque eso he hecho...

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