Regulando al regulador

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Irene LevyProfesora de Derecho en la Universidad IberoamericanaColaboración especialNo hay nada más incómodo que un par de zapatos que te aprieten. Eso pensé cuando leí las dos iniciativas que presentó el senador Manlio Fabio Beltrones, para reformar el marco jurídico de los órganos reguladores de nuestro país. Le cuento por qué.Los llamados órganos reguladores, responden a la necesidad de mantener lo más lejos posible de intereses privados y políticos, a la toma de decisiones administrativas y regulatorias de ciertas materias de carácter técnico, como las telecomunicaciones y la radiodifusión, la competencia económica o la cuestión energética.Y aunque parezca increíble, llevamos más de 15 años discutiendo sobre los alcances y naturaleza jurídica que debieran tener dichos órganos en nuestro derecho, sin que nadie se haya animado aún a emanciparlos de las demás figuras jurídicas con las que ya contamos. Analizaré brevemente los diversos factores relacionados con el tema:1. La necesidad. Concesionar una tercera cadena de televisión o permitir la fusión de dos grandes empresas, por ejemplo, son decisiones que seguramente estarán sujetas a presiones políticas y de intereses privados. Por lo tanto, se requiere que los funcionarios públicos competentes cuenten con el apoyo institucional para orientar sus actividades y determinaciones hacia el interés público y resistir las presiones exógenas.2. La realidad. Nuestro marco jurídico constitucional y legal no se ha adecuado a las necesidades institucionales de los reguladores. Tenemos: organismos descentralizados, diseñados para prestar servicios públicos -como Pemex o la CFE-; órganos desconcentrados, subordinados al Ejecutivo federal y dirigidos a descongestionar material y territorialmente las secretarías, esta es la figura que se ha utilizado para los actuales reguladores, y órganos autónomos constitucionales, que no dependen de ninguno de los tres Poderes de la Unión -como Banco de México.3. El manoseo. Los tres Poderes han contribuido a convertir a los actuales órganos reguladores en un coctel de intereses, incertidumbre, indefinición e ineficiencia. El Ejecutivo ha tratado de controlarlos interviniendo, sin pudor y "de más", en sus decisiones y conformaciones; la Suprema Corte de Justicia ha dictado resoluciones confusas y heterogéneas sobre los alcances y naturaleza de los desconcentrados y descentralizados; el Legislativo, cuya...

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