A rescatar la confianza

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 25 de octubre)Lucero MéndezCIUDAD DE MÉXICO, noviembre 1 (EL UNIVERSAL).- La noche del 4 de marzo de 1993, Jim Valvano, exbasquetbolista y entrenador estadounidense, ofreció un emotivo discurso durante la entrega de los Premios ESPY: "el cáncer se puede llevar todas mis habilidades físicas, pero no puede tocar mi mente, mi corazón ni mi alma". Con esas palabras concluyó su intervención. Apenas unas semanas después, a los 47 años de edad, falleció víctima de ese padecimiento.

A más de dos décadas de aquel evento, dicha enfermedad continúa siendo la principal causa de muerte a nivel global. Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronostica que, para el año 2030, los casos de cáncer aumentarán en 80% en los países en vías de desarrollo, es decir, se presentarán alrededor de 21.3 millones de incidentes.

En México, además de representar la tercera causa de fallecimientos, para 2025 se prevé que se diagnosticarán más de 220 mil casos nuevos. Por eso, las palabras de Valvano deben tenerse presentes hoy más que nunca.

Bajo ese contexto, el mensaje de este deportista, más que esperanzador, es un recordatorio para resistir. Y es que la lucha no sólo es durante la enfermedad, también al vencerla porque, tras las quimioterapias, las secuelas son evidentes: cansancio, moretones, sangrados, cambios en la piel, problemas renales y pérdida de cabello, entre las más notorias.

"La quimioterapia es un tratamiento muy agresivo porque, a pesar de que funciona muy bien, no solo mata células cancerígenas. También mata a otras buenas como las de la piel, uñas y cabello, que son células que se reproducen muy rápido y vuelven a crecer.

"La ventaja es que, al término de éste, poco a poco vuelve a salir pelo, pero no de la misma manera. Por ello, el paciente, además de haber pasado por un duelo, también se tiene que adaptar a otro cambio", explica Ximena Sosa, psicóloga del área de apoyo emocional en la Fundación Salvati A.C., que brinda asesorías y apoyo a pacientes y a sus familias.

Para la especialista en psicooncología, el cabello representa una parte de la auto-imagen que brinda autoestima, pero en pacientes con cáncer, toma mayor importancia porque "no solamente es el hecho, sino la razón por la que lo están perdiendo. No es un motivo esperado ni fácil de enfrentar", detalla.

En los casos que sea necesario someterse a quimioterapia, Sosa recomienda que el paciente se rape porque "a partir de...

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