Con un rey y con un indígena

Francisco Reséndiz

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 2 (EL UNIVERSAL).- En ese momento más de 100 mil almas quedaron en silencio, atónitas, en respeto ante el lamento de un indígena postrado a los pies del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero cuando la voz de ese hombre era más apasionada el mandatario cayó de rodillas. La Bandera Nacional flameaba a la izquierda. Una Plaza de la Constitución colmada fue del silencio al asombro al ver cómo el Presidente de la República, con la Banda Presidencial cruzándole el pecho, se postraba ante el indígena y abrazaba el Cristo Negro clavado en una cruz blanca envuelta en un manto con hilos dorados que le daban.

López Obrador entró por primera vez a Palacio Nacional en punto de la 1 de la tarde con 32 minutos como Presidente constitucional en funciones, venía del Palacio Legislativo. Al cerrarse la Puerta de Honor saludó a una escolta de Bandera de la Policía Militar. Como única testigo, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller.

Caminaron entonces, cruzaron el Patio de Honor de Palacio y subieron por las escaleras, para después ir al Salón de la Tesorería y encabezar la comida que ofreció en honor de los jefes de Estado y de Gobierno, a representantes de naciones, y a la que asistieron los presidentes de los Poderes de la Unión, de órganos autónomos, diplomáticos, empresarios, artistas, legisladores y deportistas.

Ahí, en la mesa de López Obrador, estaban el rey Felipe VI de España y el presidente cubano Miguel Díaz Candel, uno al lado del otro, más allá el presidente de Ecuador, Lenin Moreno; en otra mesa, frente a ellos, el venezolano Nicolás Maduro.

En ese mítico salón, donde los presidentes de México ofrecen a sus invitados reuniones de gala en su honor, estaban también los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de República Dominicana, Danilo Medina, así como los de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; de Guatemala, Jimmy Morales, y de Perú, Martín Vizcarra; Julie Payette, gobernadora general de Canadá, y Antonio Costa, primer ministro de Portugal, entre otros. Los enviados del presidente de Estados Unidos, Mike Pence e Ivanka Trump, no se vieron.

Al concluir se hace una fila muy larga para saludar al presidente López Obrador, quien tuvo de un lado al rey Felipe VI y del otro a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller. Se ve desfilar igual a árabes con turbante, que a representantes africanos, asiáticos, europeos.

Conforme se desarrollaba este almuerzo protocolario, a las...

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