Sembrados. Autoridades fabrican delitos

Andrés M. Estrada

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 17 (EL UNIVERSAL).- Aterrada en una esquina de la recámara, cubrió sus oídos para no escuchar los destrozos. Desde la ventana vio cómo los uniformados, con armas largas, forzaron la puerta de su casa y sacaron a su padre para golpearlo. De pronto entraron por ella. A rastras la llevaron del cabello, tocándola mientras bajaban a la sala. Ahí, Rebeca Felipe Gómez, de 15 años, observó a su madre en el piso.

Cuando irrumpieron eran alrededor de las 2:40 horas de la madrugada del 3 de febrero de 2019. Sus padres veían la televisión en la planta baja. "Escuchamos cómo trataban de abrir. Se oían como piedras y golpes, cuando de repente ya estaban derribando la puerta. Lo primero que hicieron al entrar fue sujetar a mi esposo y sacarlo a la fuerza. A mí me sometieron. La casa estaba llena de personas, eran militares, policías federales, estatales, hombres vestidos de negro", recuerda María Edith Gómez Pérez, madre de Rebeca.

A su esposo, Roberto Felipe Luna, lo subieron a un auto sin placas. Fue presentado hasta las 6:20 horas de la mañana en el Ministerio Público (MP) de Ixtapaluca, Estado de México, acusado de delitos contra la salud y de pertenecer a La Unión Tepito. Según una copia de la carpeta de investigación en poder de EL UNIVERSAL, lo detuvieron a las 5:50 horas en la calle, a bordo de su coche, en posesión de varias dosis de marihuana, cocaína y cristal. Edith sostiene, en cambio, que entraron a la casa sin orden de cateo y que le fabricaron un delito, puesto que es comerciante y distribuidor de verduras.

A Nazario Garibay Godínez la historia le suena familiar, pero ocurrió en su negocio de autolavado "El Güero", en Manzanillo, Colima. "Entraron sin orden de cateo cinco elementos de la Marina y cuatro de la Policía Estatal a las 22:49 [horas] del 11 de noviembre de 2017, privando de la libertad a mi sobrino Édgar Ruiz Garibay y a un empleado. Como una hora los mantuvieron incomunicados. Después los liberaron, pero siguió el hostigamiento y la persecución", cuenta.

Su sobrino Édgar presentó una queja y mostró los vídeos del circuito cerrado ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima. En las imágenes en poder de EL UNIVERSAL se observa la entrada de los efectivos de la Secretaría de Marina (Semar). Al percatarse de las cámaras, los efectivos cubren sus rostros y luego salen con los detenidos. Por estar involucrado personal de la Semar, el caso fue enviado a la Comisión Nacional de...

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