Señalan que el explosivo pertenecía a militares

MORELIA, Mich., septiembre 15 (EL UNIVERSAL).- Durante siete años, las autoridades estatales y federales han ocultado que una de las granadas de fragmentación que el crimen organizado hizo estallar en la Plaza Melchor Ocampo de Morelia el 15 de septiembre del 2008, pertenecía a un lote de 138 que fueron robadas de un destacamento de Iguala, Guerrero.

Según declaró Ignacio Mendoza Jiménez, quien era entonces subprocurador de Morelia, la espoleta encontrada cerca de una de las jardineras del zócalo moreliano, durante el grito de independencia encabezado por el entonces gobernador Leonel Godoy, fue la clave para que el Ejército pudiera detectar el origen del artefacto.

Según un informe oficial al que tuvo acceso Mendoza Jiménez, quien fue responsable de los peritajes, las granadas fueron robadas por un cabo en el 27 Batallón militar de Iguala que nunca atraparon.

Incluso para Mendoza, no es una sorpresa la libertad absolutoria de los cuatro detenidos como autores materiales del atentado, pues aseguró que la reconstrucción de hechos fue ignorada por la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo).

Además reveló que los cuatro detenidos no fueron capturados por las autoridades federales como días después de los atentados se diera a conocer, sino que fueron chivos expiatorios entregados por Servando Gómez Martínez “La Tuta”, según las propias declaraciones con puño y letra de los ahora liberados.

Felipe Calderón nunca dijo nada de la reunión que tuvo el general Mario Arturo Acosta Chaparro con los mandos de la Familia Michoacana...

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