Sinfónica de Guanajuato y David Nebel cierran Festival de Morelia

MORELIA, Mich., noviembre 25 (EL UNIVERSAL).- La batuta se suspendió en el aire y, con la instrucción del director Roberto Beltrán Zavala, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato inició anoche el concierto de clausura con "Angelus", pieza del compositor moreliano Miguel Bernal Jiménez (1910-1956) de quien toma su nombre el Festival de Música de Morelia.

Los sonidos que brotaron eran melodiosos, casi angelicales debido al carácter religioso de la obra, plagada de flautas y campanillas que resonaron al compás de las manos de Beltran Zavala, que descansaban en el aire y se movían con suma pasividad.

Minutos antes del arranque el público ya había abarrotado la entrada del Centro Cultural Clavijero, cuya explanada tenía capacidad para 750 lugares que acabó repleta y con personas disfrutando del concierto a pie. El público esperó impaciente mientras los músicos de la sinfónica preparaban sus instrumentos; la afinación, con sus notas prolongadas, anunciaba el principio del final.

Concluyó pronto la breve "Angelus", que dejó al público endulzado. Y David Nebel, el joven suizo de 22 años de edad que protagonizó el recital, subió al escenario con violín en mano y se detuvo frente a la multitud, junto al director de orquesta. Se plantó con la seguridad de quien aprendió a tocar desde los nueve años "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi al lado de la Camerata Zürich. Abrió la segunda pieza, "Concierto para Violín Op. 47*" de Johan Sibelius (1865-1957), con una melodía dramática mientras la Sinfónica de Guanajuato aportaba la atmósfera en que su violín se desenvolvió.

Con ojos cerrados se encorvó y se irguió, dobló las rodillas, giró la cintura y ladeó la cabeza de tal forma que la recostó sobre el instrumento amado, que lo acompaña desde los cinco años; el violín y él fueron uno mismo, porque fue difícil saber si David Nebel dirigía la música o si la música lo controlaba a él.

El violín no se despegó ni un milímetro de su cuerpo, estaba como clavado en su cuello, y lo manipuló con dedos aparentemente temblorosos pero seguros del efecto que...

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