Sopla en Los Pinos el viento de la nostalgia

Francisco Reséndiz

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 29 (EL UNIVERSAL).- Fue el último día de Los Pinos. En el primer minuto del 1 de diciembre dejará de ser la Residencia Oficial del Presidente de la República y en sus muros se quedarán encerrados los secretos de 14 jefes del Estado mexicano, desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña Nieto.

Desde la semana pasada el Presidente ya no vive en Los Pinos, se cambió por el rumbo de Tecamachalco, pero visita la casa de Molino del Rey. Este miércoles, tuvo su último día de actividades en esta mítica residencia que será convertida por el nuevo gobierno en centro cultural.

El Presidente salió de la aún residencia oficial al Campo Militar Marte, donde recibió un homenaje del Estado Mayor Presidencial ?que dejará de existir por orden de Andrés Manuel López Obrador? y entregó insignias a los recién ascendidos.

Más tarde, en el sur de la Ciudad de México tuvo su último acto público, en el que sin discursos inauguró el Centro Médico Naval. Ya por la noche entregó la remodelación del Archivo General de la Nación en Lecumberri y en la madrugada de este jueves volaría a Buenos Aires, Argentina.

Peña Nieto cerrará en Argentina su sexenio al atestiguar la firma del Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá para regresar el viernes a México y entregar la Bandera Nacional a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador.

Los Pinos está en silencio, la fotografía del presidente Peña Nieto ha sido desmontada de casi todos los muros. La mayoría de las oficinas lucen vacías, son el cascaron de lo que fueron, sin libros en los libreros, sin televisores en las paredes, sin computadoras cercanas.

La noche del pasado lunes EL UNIVERSAL visitó el interior de Los Pinos. Los andadores, las dos cabañas, la casa Miguel Alemán se perdían en la oscuridad, pero la casa Lázaro Cárdenas, donde el presidente Peña tuvo su oficina, tenía las luces encendidas.

La residencia oficial, en la que vivieron 14 jefes de Estado, ya está en silencio, sin vida, inundada por la nostalgia del fin de una era en la Presidencia de la República. Recién colocaron la estatua de Enrique Peña Nieto, del autor Antonio Castellanos Basich, en la Calzada de los Presidentes, donde están las estatuas de sus 13 antecesores.

Así, al caminar de noche por los andadores de Los Pinos todo está a oscuras. La guardia pretoriana del Presidente, implacable, integrada por el Estado Mayor Presidencial, ya no estará más. Antes, de noche, había un elemento cada 10 metros; el...

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