The Beatles: medio siglo en la azotea

Julio Quijano y Víctor Hernández

CIUDAD DE MÉXICO, enero 30 (EL UNIVERSAL).- Con su guitarra Fender en la mano derecha, George Harrison brinca el barandal que está en la azotea. Paul McCartney recarga su bajo Höfner en el tom de piso de la batería; Ringo se agacha para pasar por debajo de una valla. John Lennon desconecta su guitarra Ephipone.

Los cuatro van hacia la estrecha puerta que los lleva de regreso al interior del edificio ubicado en el número 3 de Savile Row, en Londres. Delante de ellos va el tecladista Billy Preston.

Cuando se cierra esa puerta, la historia del rock ha cambiado. En eso coinciden fans, expertos, melómanos y hasta detractores de The Beatles; todos aceptan que el concierto en la azotea sucedido el 30 de enero de 1969 es una marca en la cultura del siglo XX.

La incógnita que no se ha podido despejar a lo largo de este medio siglo es ¿por qué?

Ya se sabe que fue la última vez que tocaron en vivo. En revistas y libros se ha enumerado un montón de curiosidades que sucedieron ese día (por ejemplo, que se le pusieron medias de mujer a los micrófonos para aminorar el ruido del aire). Especialistas han historiado el momento crítico que vivía la banda (la pelea más agria entre Paul McCartney y George Harrison había sucedido días antes).

Pero la razón por la que esos 42 minutos de concierto (en los que tocaron 10 temas) se convirtieron en un hito que muchas otras bandas han replicado, todavía es motivo de reflexión.

Julia Palacios, maestra en Sociología y doctora en Historia por la Universidad Iberoamericana, ensaya una explicación: "The Beatles tomaron por sorpresa a transeúntes y habitantes del elegante barrio londinense de Mayfair, fue un acto transgresor que requirió de la actuación policiaca para que pudiera regresar la calma y tranquilidad al número 3 de Saville Row".

Jorge Soto, especialista con más de dos décadas de experiencia en el mundo de la música, explica que la magia de ese acto estuvo en su sencillez: "Fue un evento agridulce porque la asociación de la banda estaba por disolverse. Aun así, tuvieron la audacia de subirse a la azotea para cantar algunas canciones".

Audacia y transgresión son las palabras que explican la razón por la cual, medio siglo después, en la memoria colectiva permanece la imagen de Lennon con su abrigo de pieles, McCartney con su look de barba, Harrison y sus tenis deportivos, Starr con la chamarra que le prestó su esposa y Billy Preston en la esquina de la azotea con una sonrisa franca.

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