Tlahuelilpan. El huachicol le llevó la bonanza y la tragedia

Aurora Villaseñor

TLAHUELILPAN, Hgo., febrero 6 (EL UNIVERSAL).- Rodeado por carreteras, Tlahuelilpan llama la atención los fines de semana por su tranquilidad. Pocos vehículos transitan, incluso el sobrevuelo de helicópteros federales parece lento. Pero es en la profundidad de la tierra donde la calma se interrumpe, pues la atraviesa un ducto de Petróleos Mexicanos que transporta 30 mil barriles diarios de hidrocarburos, que lo ha marcado en la desgracia y, dicen los pobladores, también lo marcará en el futuro.

El 18 de enero de 2019 "pasó lo que era natural que pasara" en un municipio en el que apodan "la colonia Pemex" a una de sus zonas más boyantes, Cerro de la Cruz, producto del huachicol: una poderosa explosión que ha causado 126 muertos y al menos 71 heridos, 21 de los cuales siguen internados en diferentes hospitales.

El violento estallido que tuvo lugar mientras una muchedumbre saqueaba combustible del ducto, en medio de un campo de alfalfa, mató instantáneamente a 21 personas, la mayoría habitantes del municipio, uno de los 84 que integran Hidalgo.

La estudiante Gloria "N", en plática con EL UNIVERSAL, refiere que "la gente ya se acostumbró a las fugas de combustible". El mecánico Carlos "M", a su vez, recuerda que "había de 300 a 500 personas" desde las cuatro de la tarde en el saqueo del ducto, ubicado en la comunidad de San Primitivo.

Gloria "N" detalla que escuchó ese día a su hermano Federico hablar de "200 personas o más, algunas de las cuales salían en llamas" quemándose tras la explosión, registrada a las siete al caer la noche. Gertrudis "M" cuenta que cuando ocurrió el desastre, "subí a la azotea de mi casa, ya que se veía el humo y se escuchaban los gritos".

Antes de la tragedia, Tlahuelilpan, "en donde se riegan las tierras" ?ahora un símbolo de la lucha contra el huachicol emprendida por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador? era un territorio poco conocido, casi impronunciable tanto para los forasteros como para otros de la geografía hidalguense.

Sin embargo, desde 2007 ya constituía un tesoro para los delincuentes que extraen gasolina de las tuberías cercanas. La actividad creció en 2016, con 70 perforaciones clandestinas registradas por Pemex, pese a que el robo de hidrocarburos se castiga hasta con 30 años de cárcel.

Tlahuelilpan es un pequeño entre gigantes, como Tula de Allende, a sólo 15 kilómetros de distancia y donde se encuentra la refinería Miguel Hidalgo y la Central Termoeléctrica de...

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