'Todos los días alguien se lleva ropa o refrescos sin pagar'

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 7 (EL UNIVERSAL).- Oswaldo es cajero en un minisúper, gana más de dos salarios mínimos, lo que equivale a 220 pesos por una jornada de ocho horas, y en un día ha tenido que pagar esa cifra por los robos hormiga que ocurren en el establecimiento en el que labora.

"Todos los días al menos hay un robo, lo que más se llevan es ropa y cosméticos, pero también champú, jabón de baño, toallas sanitarias, refrescos, chocolates, papel de baño y comida refrigerada", comparte con EL UNIVERSAL.

Su labor inicia minutos antes de las siete de la mañana, prepara las cajas, cuenta el dinero que hay y sube las cortinas del local ubicado en la delegación Cuauhtémoc. Con un año y tres meses de experiencia ha aprendido a distinguir a las personas que entran a la tienda y salen de ella con objetos que no pagaron.

"Las miradas dicen todo, a veces entran dos o tres clientes juntos, uno te pregunta por equis mercancía y los otros aprovechan para sacar productos", resalta. Los robos de los que se ha percatado han sido a manos de mujeres, recuerda con particularidad uno en el que cinco señoras escondieron ropa en su estómago y dentro de sus bufandas.

"Entraron al local, primero pagaron unas botellas de agua y luego empezaron a ver la ropa, todas traían bufandas, y chamarras, aunque en la calle hacía calor".

Su modo de operar fue la distracción. "Una me pidió abrirle su botella de agua, cuando se la entregué la apretó y el líquido se cayó, ensució el suelo, desde ahí me di cuenta que había algo raro".

Oswaldo entró al cuarto de servicio por un trapeador, al salir se dio cuenta que dos mujeres tenían abultado el estómago y otra estaba escondiendo calcetines entre su bufanda.

"Les hice la plática". "Ya se iban, pero les hice la plática, pregunté de dónde venían, si estaban de paseo, y en ese momento toqué un timbre que es de largo alcance y con el que se pide auxilio de una patrulla", recuerda.

El joven debía entretener a las señoras por lo menos cinco minutos, entonces les invitó unas papas y les ofreció resguardarse del sol. "Han de haber pensado que estaba muy...

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