Tras las huellas creativas de Pita Amor

Yanet Aguilar Sosa

CIUDAD DE MÉXICO, junio 3 (EL UNIVERSAL).- A Guadalupe Amor poco le importaba la posteridad o el legado. La poeta que murió en el 2000 y de quien hoy miércoles se celebran 100 años de su nacimiento, tenía poco apego a lo material. Ni en la casa paterna, en la calle Abraham González, ni en los cuartos de hotel que habitó en los últimos años de su vida, nunca nadie vio libros ni archiveros con sus manuscritos, ni poemas sueltos, menos sus dibujos que por ahí deambulan en manos de muchos, ni los óleos de su autoría que su sobrino Eduardo Sepúlveda Amor recuerda con nitidez colgados de las paredes de amigos de "La tía Pita".

Nunca existió un archivo personal de la autora de "Yo soy mi casa", "Décimas a Dios" y "Polvo", por eso no queda nada, ni un pequeño acervo de su biblioteca, porque nunca tuvo libros en su recámara. Su biógrafo, Michael K. Schuessler, recuerda que un día le preguntó a Pita dónde estaban sus papeles, su archivo, y ella le respondió: "Un día quemé todo, todos mis documentos, hasta mi pasaporte".

Elena Poniatowska, sobrina de la poeta, asegura que no hay ningún archivo. "No tenía nada, en su departamento nunca vi libros, había retratos que ella fue vendiendo que le hicieron todos los pintores famosos de México, empezando por Diego Rivera, pero no había nada de cosas que guardara, a ella lo que sí le interesaba mucho era la ropa y los sombreros. Joyas ni tenía, tenía pura quincallería".

La periodista y escritora que la entrevistó en varias ocasiones dice que Pita Amor sí escribió los primeros poemas con un lápiz de las cejas en bolsas de papel del pan, "creo que los escribió una noche que regresó de parranda y como no encontró con qué escribir, entonces agarró el lápiz de cejas y los escribió".

Poniatowska veía a su tía Pita, "la excéntrica tía Pita", casi siempre en la Navidad, en casa de su hermana Carito Amor de Fournier, "que fue la que cuidó a Manuelito, hijo de Pita. Carito fue la que fundó la galería de Arte Mexicano, que después le dejó a Inés Amor", cuenta Elena y agrega que quizás su mamá tenía un libro dedicado de Pita "pero yo no tengo nada de ella. Yo nunca vi ni siquiera un dibujo grande, ella hacía dibujos en cartoncitos, se los mostraba a alguien y según el sapo era la pedrada, les decía 'son 10 pesos, son 20 pesos o son 50 pesos', pero no más".

Sin embargo, hay algunos rastros de Pita Amor, de la quien era llamada la "undécima musa". Hay poemas escritos al vuelo, dibujitos, algún verso en...

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