Trata de personas, la otra amenaza

TIJUANA, BC., enero 11 (EL UNIVERSAL).- Zona Norte es una colonia enclavada en la frontera entre Tijuana y Estados Unidos, ahí una tienda de abarrotes lo mismo vende tortillas que droga. En esta región, es común ver un mismo escenario: hombres y mujeres consumiendo crystal o inyectándose heroína, merodeando entre edificios abandonados o los bares que además de alcohol, venden mujeres. En este agujero negro, es donde las autoridades locales concentraron poco más de 6 mil migrantes centroamericanos.

Hace dos meses, llegaron a Tijuana miles de migrantes desde Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron recibidos entre el rechazo. A su arribo, las autoridades municipales les habilitaron, por unas tres semanas, un refugio en el Centro Deportivo Benito Juárez, localizado en Zona Norte. No hubo otra opción.

Entonces, en esta colonia los migrantes encontraron lo mismo de lo que huían: violencia. Con la caravana llegaron más de 2 mil mujeres, quienes han tenido que lidiar con una agresiva realidad: las adolescentes han sido amenazadas para ser reclutadas por las redes de trata, sin que nadie haga nada por salvarlas.

Dariela es una de ellas. Su rostro adolescente y su cuerpo esbelto la convirtieron en blanco. Huyó de las pandillas y la violencia en Honduras, pero apenas cumplió un mes en Tijuana y también tuvo que escapar a Estados Unidos para no ser víctima de trata.

Cuenta que una mañana despertó y salió del albergue para buscar de comer. Apenas había caminado media calle cuando dos hombres bajaron de una camioneta, primero la jalaron y la obligaron a meterse, la tomaron del cabello y la abofetearon, la amenaza y fue clara: "¡Aquí se viene a trabajar!". Como pudo, huyó.

?Querían que me vendiera (?) me dio mucho miedo porque hasta ese momento no sabía a dónde nos habían metido?, recuerda Dariela mientras guarda ropa en su mochila, antes de cruzar a Estados Unidos.

Ese no fue su único incidente, apenas habían pasado un par de días cuando en una tienda de abarrotes fue nuevamente interceptada por los mismos hombres. Afuera era día de mercado sobre ruedas, aprovechó la multitud para intentar escapar, pero uno de sus captores se adelantó y le colocó un cuchillo en la espalda, se tragó el miedo y empezó a gritar, la gente la escuchó y la ayudaron.

?Me volvieron a amenazar con que me iba a trabajar en la noche o me iban a matar, mejor me fui. Logré escapar de mi país y no me vine a quedar aquí para ser prostituta.

De acuerdo con el último reporte de la...

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