El último viaje de los repatriados

Diana Higareda

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 17 (EL UNIVERSAL).- Al norte de la Ciudad de México, sobre una de las avenidas más grandes de la capital, se erige una casa de dos pisos con el número 465. Su portón permanece abierto la mayor parte del día. En la parte alta de la construcción se lee ?Funerales García. Servicio Funerario Nacional e Internacional?. Ahí, desde hace 25 años, Guillermo Valverde aprendió a convivir con la muerte. Su labor: llevar los cadáveres de los migrantes repatriados desde Estados Unidos a su lugar de origen en México.

?A veces no tenemos horario. Manejamos porque es una misión con la que alguien debe cumplir. El cuerpo debe entregarse sin importar el clima, la hora o los obstáculos en el camino. Ese es nuestro trabajo y la familia espera a su ser querido de regreso?, cuenta Valverde.

De 2010 a 2016 se tiene el registro de 33 mil 328 mexicanos que cruzaron la frontera de regreso a México en un féretro. Cada año, en promedio, 4 mil 700 cadáveres volvieron a la tierra que los vio nacer, según los datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Dos de cada cinco, es decir, 13 mil 211 eran originarios de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Guerrero.

La repatriación es un fenómeno multifactorial, explica Francoise Lestage, directora del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos: ?Depende del apoyo de los estados, la familia del migrante en México y si salió de una zona indígena con creencias distintas?.

Aunque 50% de los mexicanos que fallecieron en Estados Unidos tenía entre 26 y 55 años, la muerte alcanza a connacionales desde los cero hasta más de 75 años. El año que más cadáveres regresaron del sueño americano fue 2015: 5 mil 103 cuerpos fueron repatriados. Ese año, la SRE pagó el regreso de dos de cada tres fallecidos, es decir, 3 mil 426. En total gastaron 5 millones 258 mil dólares en el traslado de restos, de acuerdo con información entregada por la institución.

Cuando Memo llegó a Funerales García, a los 13 años, sus primeras tareas eran las labores de limpieza, pero cuando cumplió la mayoría de edad su gusto por manejar en carretera lo llevó a recorrer los caminos de México para llevar a los muertos a su lugar de origen.

Negocio de familia

Todo inició por casualidad en Los Ángeles, California. Agustín García, quien pertenece a la tercera generación de la familia que administra este negocio fundado en 1920, entró a una funeraria para conocer en que diferían sus servicios en comparación con los...

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