Vende milagros a Hermosillo

Alba Calderón

HERMOSILLO, Son., mayo 31 (EL UNIVERSAL).- El día que Andrés Contreras, conocido como “El Maestro Gibbons”, huyó de Hermosillo, decenas de personas lo esperaban fuera de su consultorio para que les regresara el dinero que le habían pagado para resolver sus males: la cura contra el cáncer o cualquier otra enfermedad, una adicción, la mala suerte en el trabajo, el amor y el dinero. Gibbons los defraudó a todos con la promesa de sanarlos.

Muchos lo conocieron a través de Un rayo de luz con Gibbons, el programa que se trasmitía todas las mañanas de lunes a viernes en el canal 12 local de Televisa Hermosillo, así como en la estación de radio La Invasora. Ahí se ostentaba como guía espiritual y médico naturista. Mostraba testimonios de clientes satisfechos con su poder de sanación.

“Dios me da la virtud a mí de curar a los enfermos. Llevando consigo el té de las mil raíces, que ha levantado a enfermos, hombres y mujeres, niños y niñas de mal de Parkinson, asma, gastritis, hemorroides, tuberculosis, sinusitis, hepapatitis, cirrosis hepática”, prometía Gibbons por radio y TV a quienes lo seguían.

Pedro, de 68 años de edad y quien prefiere mantener su identidad anónima por temor a que “El Maestro” tome represalias en su contra, escuchó en televisión que Gibbons era capaz de curar la desgastada rodilla de su esposa. Desalentado por la falta de eficacia del tratamiento que su mujer recibió en el Instituto Mexicano del Seguro Social, Pedro decidió que los tés curativos que anunciaba podrían ser la solución a esos problemas de salud.

Gibbons adjudicó los males de la mujer a las malas vibras de los espíritus que habitaban su casa y que resguardaban un tesoro, que haría millonaria a la familia. Para comprar las hierbas con las que haría una pócima curativa especial para sacar a los espíritus, Pedro entregó 30 mil pesos de los ahorros que logró juntar a lo largo de su vida, en la que ha trabajado como músico ambulante. También vendió un carro y estaba dispuesto a entregar más.

Me pidieron algún dinero para sacar un entierro que estaba en la casa. Picos, palas, geógrafos, escaleras; me pidieron eso. No les conseguí todo, pero les di el dinero. Me pidieron ocho veladoras. Costaba 8 mil pesos hacerle el trabajo a cada veladora, detalla el hombre que, a más de un mes de darse cuenta que había sido defraudado, acudió a la Procuraduría General de Justicia en Sonora para presentar una denuncia formal contra Andrés Contreras. Su mujer sigue sin...

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