Violencia

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Francisco Rojas(Coordinador de los diputados federales del PRI)EL UNIVERSALEl país vive una situación de desesperanza y angustia colectiva, que afecta la cohesión social y ha trastocado la paz y la tranquilidad de muchos sectores y regiones. Ha surgido ya un serio problema en la conciencia social: la violencia se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad y ya no nos impactan las muertes; nos conmueven a veces las formas y las cifras.El gobierno ha priorizado la resolución de un conflicto que al principio denominó "guerra" y que, como tal, no se puede ganar: nunca, ningún gobierno lo ha logrado. Y en medio del aturdimiento monotemático de la violencia han crecido otros problemas: pobreza, desempleo, ingobernabilidad, poderes fácticos, marasmo económico, desesperanza. No podemos esperar encararlos hasta después de "ganar la guerra".Tenemos que aclarar los conceptos para no seguir atrapados en la confusión. Un primer deslinde es que la fuerza pública no es el único ni el mejor medio para erradicar la violencia. Tampoco es un problema solo de leyes o presupuestos, pues se han otorgado al Ejecutivo, con largueza, los recursos y la legislación que ha solicitado, y la violencia es cada día mayor.El narcotráfico, los secuestros, extorsiones y demás figuras delictivas son problemas de seguridad pública y deben ser resueltos por las corporaciones policiacas. Si no estaban capacitadas, se explica haber recurrido a la fuerza armada permanente como medida temporal, y con un calendario de retorno a sus funciones naturales. Pero no hay indicios de que algo así esté ocurriendo.No es el momento de reproches; repartir culpas para seguir haciendo más de lo mismo no conduce más que al encono, la polarización y a la parálisis. Es la hora de tomar decisiones consensuadas de corto, mediano y largo plazos.A largo plazo, el objetivo debe ser tornar el problema del narcotráfico en uno policiaco y de salud, con educación, empleo y prevención, con calidad, para recobrar las expectativas de los jóvenes y restituir el tejido social. Para lograrlo en 10 ó 15 años es indispensable aplicar ya políticas económicas y sociales dirigidas a esos objetivos que, además, concitarían el apoyo social y crearían el clima de concordia que anhelamos todos.A mediano plazo, lograr el pleno fortalecimiento del Estado y las instituciones, blindar los sistemas de procuración y administración de justicia y combatir a fondo la...

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