?Viví cadenas invisibles; me enganché, él se aprovechó de mí?

Cristina Pérez-Stadelmann

CIUDAD DE MÉXICO, julio 29 (EL UNIVERSAL).- Cuatro mil pesos diarios, resultado de aproximadamente 30 relaciones sexuales por día es lo que Neli Delgado debía entregar a su tratante, al que conoció en un parque, un joven de 25 años que se le acercó para preguntarle su nombre. Ella tenía 18 años, su padre, de oficio campesino, había fallecido, y su madre, dedicada al hogar, tenía problemas personales y económicos. Decidió irse a vivir con una tía materna, y luego con una tía paterna.

Después quiso trasladarse a Cuitláhuac, Veracruz, donde comenzó a rentar un pequeño cuarto con una amiga. Neli quería estudiar turismo. Por las tardes trabajaba para poder obtener ciertos recursos, aunque fueran pocos. Estaba vulnerable; carecía de dinero. Después de conversar y en el momento de despedirse, Alex, su tratante, le pidió su teléfono y le comentó que no tenía dinero para cargarlo. Él le compró tiempo aire suficiente para mantenerse en contacto todos los días y a todas horas con ella. Le dijo que vivía en Querétaro, que trabajaba con un arquitecto como contratista de personal para obras, que acababa de viajar a Nueva York y que tenía departamentos.

El padre de Neli fue un hombre que las maltrataba (con golpes) a ella y a su madre, narra en entrevista. ?Alex me cayó bien. Con el paso del tiempo comenzó a pedir que formalizáramos nuestra relación. Le propuse que hablara con mi tía si quería algo más formal.

?Lo hizo. Habló con mi tía. Se presentó. Dijo que trabajaba con un arquitecto, y que era económicamente estable, que tenía varios departamentos propios y que los rentaba. Continuamos saliendo, hablando por teléfono, enviaba mensajes a todas horas a mi celular. Un día me invitó a Córdoba, yo quería terminar la relación, me sentía agobiada, quería continuar con mis estudios, pero me convenció diciéndome que podía pagarme la universidad en Puebla. Me invitó a su departamento en Puebla. Ahí vivía. Yo tenía 18 años. Me pidió mis papeles para comenzar con los trámites de inscripción a la universidad. Me trataba bien. No me hacía falta nada; pero con el paso del tiempo esto empezó a cambiar. No me dejaba salir sola a la calle, y se quedó con mis documentos?, señaló.

Fue en Puebla cuando Alex le propuso que tenía que ayudarlo, pues su trabajo no iba muy bien. ?Dijo que había tenido problemas en el trabajo y fue cuando me propuso que me dedicara al sexoservicio, que tenía que ayudarlo, que él daba la vida por mí y yo debía también...

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